Con una inversión de $ 7’500.000, el Comité de la Reconstrucción financia la obra, que estará lista entre 5 y 6 meses. Los trabajos son las 24 horas del día.

Los esposos Jéssica y Marco abrieron nuevamente su negocio y atendieron al presidente Rafael Correa. Sirven en platos de plástico porque los de vidrio se quebraron en el terremoto.

Con este estandarte, los campesinos que viven en las comunidades a lo largo de las carreteras manabitas, llaman la atención de los carros con víveres.

Cuando llega la noche, los chiquillos se distraen con las linternas donadas. Ellos se sienten útiles en los campamentos, pues ayudan a sus padres en la vigilancia.

Las familias que huyeron de este cantón manabita permanecen refugiadas en improvisadas carpas armadas con plástico y palo. La solidaridad que hay entre ellas supera al miedo por los sismos.

el cantón carece de una estructura similar para comercializar víveres