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En Otavalo, este plato se consume hasta 3 veces al día

La colada pierde su encanto sin los churos

Estos moluscos acompañan la colada, algunos los prefieren en un plato aparte y otros sumergidos en la sopa.Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
Estos moluscos acompañan la colada, algunos los prefieren en un plato aparte y otros sumergidos en la sopa.Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
12 de julio de 2015 - 00:00 - Regional Norte

En época de verano no es fácil encontrar los tradicionales ‘churos’ o caracoles, indispensables para acompañar la tradicional colada de haba. Estos moluscos suelen estar en las partes altas de las lomas. Con frecuencia se los encuentra debajo de la tierra. El valle del Chota, precisamente, es una de las zonas más ricas en churos.

En esta región, los moluscos se hallan, sobre todo, en la raíz de una planta conocida como mosquera. Aparecen cuando llueve, mientras que en el verano la recolección se torna más difícil.

Ximena Granda, propietaria de un restaurante que sirve este plato típico, explica que el precio de los churos subió en estas semanas por la casi ausencia de lluvias.

“El balde pequeño de churos me costó $ 50. Ahorita está muy caro”, explica Ximena, quien heredó de su madre, María Gavilánez, la receta para preparar la colada de las 3 harinas: haba, maíz y arveja.

Cuenta que el secreto está en el refrito hecho a base de ajo, cebolla blanca, comino, sal, entre otros ingredientes que le dan sabor a la sopa.

Ximena dice que la mayor parte de los churos que se sirven en los restaurantes de Otavalo provienen del valle del Chota, donde varias familias se encargan de recogerlos en la madrugada, porque cuando sale en sol es casi imposible encontrarlos. Cuando las lluvias están presentes, los churos abundan y el precio del balde disminuye casi a la mitad, es decir, $ 25.

Ximena considera que la colada de las 3 harinas siempre tendrá comensales, porque es un plato muy alimenticio. Ella nunca deja de dársela a sus 3 nietos cuando llegan del colegio. Está convencida de que gracias a este plato ellos tienen buenas defensas y se mantienen ‘sanitos’.

Ximena dice que su mamá, igual que ella, aprendió a elaborar la colada de su madre.

En Otavalo, comenta, son muchas la mujeres que saben preparar este platillo, por eso, la tradición de la colada difícilmente se perderá. (I)

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