Los regalos navideños también han evolucionado. Se han adaptado al avance tecnológico y de eso pueden dar fe tus abuelos. Si bien la emoción de encontrar algo debajo del árbol sigue siendo indescriptible, el obsequio se ha adaptado a las "nuevas necesidades".

Aunque cabe aclarar algo, ya que en todas las épocas se emitió un claro mensaje al respecto: importa más el sentimiento que viene con el regalo, que el artículo mismo.

De todas maneras, es curiosa la evolución del obsequio navideño. A inicios del siglo XX, los regalos navideños solían ser sencillos y, en muchos casos, elaborados a mano. Muñecas de trapo, trompos, carritos de madera o pelotas fabricadas artesanalmente era lo más común.

Con el avance de la industrialización a mediados del siglo pasado, el panorama cambió. La producción en masa permitió que los juguetes de plástico y metal llegaran a más hogares. Aparecieron marcas reconocidas y juguetes “de moda”, lo que fortaleció la idea de la Navidad como una fecha centrada en los regalos infantiles. El crecimiento urbano y económico facilitó el acceso, y los niños comenzaron a esperar obsequios específicos cada año.

El impacto de la televisión y la publicidad, especialmente desde los años ochentas y noventas, marcó otro punto de quiebre. Programas infantiles, series animadas y campañas comerciales influyeron directamente en los deseos de los niños. Superhéroes, muñecas famosas, videojuegos y consolas pasaron a encabezar las listas navideñas. En esta etapa, el consumismo ganó terreno y muchas familias sintieron la presión de adquirir el “regalo estrella” de la temporada.Aquí se marcó el verdadero inicio del coleccionismo.

En los últimos años la tecnología domina gran parte de las preferencias. Tablets, teléfonos inteligentes, videojuegos en línea y dispositivos electrónicos figuran entre los obsequios más solicitados. Por ejemplo ahora prefieren un código PSN para descargar un juego, que un regalo físico.

También ha surgido una tendencia paralela: juguetes educativos, propuestas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), libros interactivos y regalos basados en experiencias, como talleres, viajes o actividades familiares.

Es importante resaltar que ha crecido la preocupación por el consumo responsable y el impacto ambiental, lo que ha impulsado el interés por juguetes ecológicos y regalos con mayor contenido formativo.

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