A pocos días de despedir el año 2025, vuelve a escena uno de los rituales más repetidos: comer 12 uvas al ritmo de las campanadas. En redes sociales, el influencer mexicano Rafa Carbajal compartió teorías sobre el origen de esta costumbre, que —aunque hoy se practica en distintos países— tiene raíces documentadas en España.

La evidencia histórica disponible muestra que la tradición ya se mencionaba en prensa a finales del siglo XIX. Por ejemplo, El Imparcial publicó en 1894 una crónica que aludía a la costumbre, registro que puede consultarse en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España, según recopilaciones y verificaciones recientes.

Sin embargo, varias fuentes coinciden en que el impulso definitivo llegó en 1909, en Alicante, cuando una cosecha especialmente abundante motivó una campaña para dar salida al excedente: se popularizaron las llamadas “uvas de la suerte” y se extendió la idea de comer doce, una por cada campanada, como augurio para los doce meses del año.

A la par, otra explicación recurrente —que también circula en relatos históricos— conecta el hábito con Madrid y con una “imitación” o “burla” de la costumbre de sectores acomodados de brindar con uvas y champán, lo que terminó convirtiéndose en una práctica masiva asociada a las campanadas de fin de año en la Puerta del Sol.

Con el paso del tiempo, la tradición se consolidó como un símbolo de esperanza y buenos deseos para el año entrante y se difundió ampliamente fuera de España, especialmente en países de habla hispana, donde las campanadas y las uvas se mantienen como protagonistas de la medianoche del 31 de diciembre.

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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) December 28, 2025