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Rolling Stones aún tiene cuerda para rato, después de 50 años
Cuenta Lalo Wong que hace 33 años lo que más sonaba en las radios guayaquileñas era la música disco de la recientemente fallecida Donna Summer y otros. Él tenía 12 años y quería rock. Había escuchado algo de ese género que ahora le da de comer como guitarrista y vocalista con su banda Willy Wong and the Brothers, pero desconocía la corriente de los Rolling Stones, al menos eso fue hasta que su pana Ángelo Baquerizo “se los presentó” tres años después, a través del disco ‘Some girls’ (1978).
Lalo recién escuchó ese disco de los ‘Stones’ en 1982, mientras ‘rodaba’ con Ángelo, quien fue vocalista de Abraxas, una de las legendarias bandas guayacas de rock duro.
Recuerda que se enamoró del ‘Miss you’, aquella canción con onda entre funk y disco, que se caracteriza por la introducción de armónica y el bajo que entonces tocaba Bill Wyman.
Ahora, a punto de cumplir 46 años en agosto, Lalo se jacta de conservar 40 discos de la banda inglesa que el jueves pasado recordó los 50 años de su primer concierto en el club londinense Marquee con el cantante Mick Jagger, los guitarristas Keith Richards, Geoff Bradford y Brian Jones, el tecladista Ian Stewart (los dos últimos fallecieron), el bajista Dick Taylor y el baterista Tony Chapman.
Aunque reconoce que Jones, quien fue encontrado ahogado en su piscina hace 43 años, era el líder de los Stones en sus inicios, considera que la dupla Jagger-Richards es la que ha mantenido a la banda durante medio siglo ininterrumpidos, una marca que difícil de superar.
José Luna, de 54 años y exguitarrista, de Texaco Gulf, una de las bandas pioneras del rock guayaco con el extinto Pancho Jaime, recuerda que era un pelado de 12 años cuando descubrió a los Stones con el disco Goats Head Soup (1973), que contiene la famosa balada ‘Angie’ y en sus filas tenía al guitarrista Mick Taylor, quien reemplazó a Jones y permaneció hasta 1975 en que llegó Ron Wood.
Aunque Pepe, como lo conocen en los escenarios, es guitarrista, ninguno de ellos lo ha influenciado. Para él, sin Jagger, quien se ha caracterizado en las tarimas por sus trajes a lo ‘Beatle’ -en los inicios-, licras y sin camisa, pero con banderas por encima -en los 80-, la banda no sería lo mismo.
Y es que a sus 68 años, el bembón y flaco cantante de los Stones conserva la misma plasticidad de movimientos -a veces amanerados- en el escenarios, esos que se han convertido en una marca registrada de los Rolling Stones y de la historia misma del rock.
Desde su óptica como guitarrista, Pepe Luna sostiene que sus colegas de Rolling Stones basaron su sonido de los rasgueos del rock and roll de Chuck Berry, el twist de Chubby Checker y el blues de Eric Clapton, que se percibe en canciones como la icónica ‘Satisfaction’.
Wong afirma que Jones y Taylor tenían una esencia más blusera, mientras que Richards y Wood son más melódicos. Y en esto coincide Luna y añade que son riff armónicos, limpios, casi sin distorsiones, básicos que también mezclan el jazz y blues, pero más estilizado.
Aunque Helmut Jeremías, del cuarteto Magma, es baterista, se atreve a definir que la base guitarrera de los Stones es un ‘rhythm & blues’, que con los años se ha reinventado.
Jeremías, a quien le gustan canciones las ‘Jumpin’ Jack Flash’ y ‘Brown Sugar’, prefiere opinar que Charlie Watts, pese a su inexpresividad habitual detrás de la batería es clave en la banda y que su influencia es jazzera. De hecho, Richards y Jones estaban obsesionados con Watts cuando él tocaba en Blues Incorporated.
A Watts, quien ahora tiene la cabellera completamente escarchada, se lo distingue por su postura de manos para agarrar las baquetas, conocida como ‘grip’ (en su caso con el dedo índice y pulgar que sostienen el palillo, más el medio por detrás)
Muchos historiadores y melómanos relatan que en el primer concierto de los Stones (12 de julio de 1962) utilizaron el nombre “Rollin’ Stones” (aún sin la “g”) en referencia a una canción de Muddy Waters.
Pocas semanas después Chapman, el baterista fundador, recomendó a su amigo Bill Wyman para el bajo ante la salida de Dick Taylor, mientras que Carlo Little ingresó unas semanas en los parches. Después de él, llegó Watts, hasta ahora.
Escribir la historia de los Stones es una tarea extensa. No obstante, algunos capítulos imborrables en su carrera fue el concierto en Altamont, que en 1969 se suponía que era la versión californiana del Woodstock.
Luna recuerda que en aquel año los Hell Angels -una banda de motociclistas dispuestos a matar si es necesario- fueron contratados para mantener el orden en el concierto que participaba Rolling Stones.
Todo iba, aparentemente bien, hasta ‘Simpathy for the devil’, la tercera canción del repertorio, en que Meredith Hunter, un fan de 18 años, intentó subir a la tarima, pero con un arma en las manos. Alan Passaro, uno de Hell Angels, mató a puñaladas a Hunter.
Tras la tocada en Marquee, la banda había ganado un lugar en la localidad de Richmond. Actuaban todos los domingos y eso llamó la atención del periodista Peter Jones, quien recomendó al grupo a Andrew Loog Oldham, entonces publicista de The Beatles, que en 1962 era un ‘boom’ con su canción ‘Love me do’.
Oldham los fichó para ser su mánager y consiguió que el ahora fallecido guitarrista de los Beatles, George Harrison, los recomendara la sello Decca Records para sus primeros discos.
El grupo fue incluido en el Salón de la Fama en 1989. Además fueron escogidos como el cuarto en la clasificación de los 100 artistas más grandes de todos los tiempos, según la revista (curiosamente llamada) Rolling Stone.
La publicación Q no se queda atrás y los cataloga como una de las 50 bandas que alguien debe ver en directo antes de morir.
Con motivo de sus 50 años, Jagger, Richards, Wood y Watts se juntaron en la galería Somerset House de Londres para la presentación del libro ‘The Rolling Stones: 50’, con 700 fotografías (300 en blanco y negro) que tomó Phil Townsend. Fue el escenario propicio para confirmar que la gira por su medio siglo será en 2013, e incluirá a Darryl Jones, el bajista no oficial de la banda desde 1993.