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Pitahaya transmite la paz que recibe de las olas
Christian Marcet se enamoró de la música casi al mismo tiempo que del mar. Tenía 5 años cuando aprendió a dominar las olas sobre una tabla de surf y unos 6 cuando una amiga de su abuela le regaló una guitarra de juguete.
Y aunque parezca que no existe relación alguna en ambos sucesos, tienen mucho que ver con Pitahaya, el nombre con el que se identifica a donde vaya.
Cuenta que durante uno de sus tantos viajes para surfear surgió su nombre artístico. Había aprendido a tocar la guitarra a los 11 años, cuando compró una con la plata de sus “viejos” en el mercado artesanal. Y claro, siempre le gustó llevarla a los balnearios con sus cómplices del surf.
Una de esas ocasiones ocurrió hace un par de años en Lobitos, una playa peruana cercana a Máncora. Allí sintió la adrenalina y a la vez paz sobre una de las olas tubulares que forman “el hueco de Lobitos”. De regreso a tierra firme, el barbado Christian comió una pitahaya -conocida también como ‘fruta del dragón’, que tiene semillas negras en su pulpa-.
Relata que al partirla notó que su entorno le transmitía la paz que siempre ha profesado a través de sus canciones, y esa esencia se percibe en ‘Corazón de caramelo’, su primer sencillo formal.
Influenciado por los clásicos Bob Dylan y Neil Young que escuchó de su padre, más los surfistas cantantes Jack Johnson, Xavier Rudd y Donavon Frankenreiter, Pitahaya creó un estilo musical que fusiona el folk, blues, reggae y country.
Eso se evidencia en ‘Corazón de caramelo’, que líricamente aborda la historia de alguien que siempre ha buscado a la mujer ideal, pero se ha equivocado, y cuando deja de hacerlo ella aparece.
Explica que en el vídeo de la canción, que recién grabó en El Morro (Playas) con la dirección de Jorge Núñez, recurre a la técnica de pixelation -que consiste en una mezcla de fotos que le dan un toque de movimiento- para representar el misterio de aquella mujer, pero con un toque abstracto.
Pitahaya, quien también es autor de ‘Arbol Iris’ y estudia publicidad en la UEES (Universidad de Especialidades Espíritu Santo), toca en vivo con el tecladista Ricardo Chica, el bajista David López, el baterista Rodrigo Brañas y el guitarrista Fernando Paltán ‘Petete’.
De este último, Pitahaya dice que hubo química desde que lo vio tocar hace cinco años en un festival cercano a la Universidad Católica.
Pitahaya también domina la armónica, el didgeridoo (un instrumento australiano hecho con madera de eucalipto) y la pandereta. En vivo toca tres de esos instrumentos a la vez con la misma paz que las olas le dan.