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11 días de Música Sacra en el contexto de Semana Santa (GALERÍA)
El Festival de Música Sacra se ha vuelto ya una tradición durante la Semana Santa. Cientos de quiteños y turistas se dieron cita en las diferentes iglesias y capillas del Centro Histórico de Quito para escuchar las melodías litúrgicas.
La muestra inició el pasado 6 de abril con el Réquiem de Verdi, interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional en la iglesia de La Compañía. Sin embargo, la gente se dio cita a todas las presentaciones de música y coros que se desarrollaron durante estos días.
Cuando uno entra a una iglesia, sobre todo a una del Centro Histórico se queda omnubilado. Los retablos, santos mirándote fijamente, detalles en pan de oro, pinturas de ángeles y de demonios atrapan a cualquiera. Existe la necesidad de mirarlo todo, incluso las leyendas como “Casa de Dios, Puerta del Cielo” -hallada en la capilla del Museo de la Ciudad.
La gente entra y hace reverencia a la imagen central del altar -Jesús, el conmemorado esta semana- se agacha, se persigna, avanza de a poco hacia las bancas de madera. El olor a ´santidad´ inunda cada una de las capillas y santuarios que fueron el escenario del festival.
No se permiten ruidos. “Estamos en la casa de Dios”, murmura una mujer de mediana edad que alista su cámara fotográfica para el recital.
Padres de familia, niños y jóvenes se agolparon en estos escenarios. La música inicia, primero: voces casi angelicales se toman la atención de todos. Niños y niñas del coro de la Fundación Teatro Sucre vestidos de negro y morado entonan melodías en latín. El aire ceremonioso y ritual impide pensar en otra cosa que no sea que estamos en Semana Santa y quizá sea la oportunidad de acercarse a las ritualidades,o a las tradiciones mestizas que por siglos han caracterizado a las generaciones quiteñas.
El único ruido que se escucha, de cuando en cuando, son los aplausos del público; por ahí quizá algún murmullo, algún comentario disimulado como en las misas de antaño.
Es hora de los más grandes, salen al altar mayor -lugar donde se adecuaron los escenarios- los miembros del Coro Juvenil de la Fundación Teatro Sucre. Se escucha algo más movido y en inglés, algunos intentan aplaudir, pero el ambiente no se da para eso. Es mejor sentarse, cerrar los ojos y disfrutar de los acordes del piano que acompaña a los coristas.
De repente, el mismo piano empieza con los acordes de ‘Salve Gran Señora’ (canción popular e insigne de estas fechas), la perfecta yuxtaposición de voces entre tenores, barítonos y sopranos hace que cualquiera sienta la necesidad de ensimismarse en los propios pensamientos -culpas, deseos quizá- para tomar una actitud de ceremonia y reflexión.
El siguiente escenario fue la iglesia de La Compañía, donde ‘Syntagma Musicum’ de Costa Rica, esperaban al público con violines, flauta traversa, fagot y piano para interpretar sonatas renacentistas, barrocas y clásicas europeas. Los integrantes utilizan instrumentos reproducidos a partir de ejemplares históricos, pero también incorporan instrumentos de percusión de la música tradicional para crear una sonoridad diferente. Sonatas del siglo XVII y XVIII deleitaron a los presentes, que prácticamente llenaron las capillas e iglesias que se adecuaron para el festival. El mismo aire y quizá más acentuado aire de ritualidad acompañó a la interpretación de los músicos costarricenses, quienes dijeron estar agradecidos por la invitación al país y por la gestión realizada para que viajen hasta la capital ecuatoriana.
Hoy es el último día del festival. Para terminar con broche de oro la cita es en el Teatro Nacional Sucre, ubicado en todo el Casco Colonial de Quito. Allí Tembembe Ensamble Continuo, grupo musical mexicano, tiene preparado un recital a la altura de los oídos más exigentes. Así mismo la Orquesta de Instrumentos Andinos, bajo la dirección de Patricio Mantilla, estará presente en la iglesia de Conocoto para entregar un concierto más tradicional ecuatoriano, apegado por supuesto a la ritualidad que implica la Semana Mayor y el festival. El movimiento en el Centro Histórico fue mayor que el de otros días, pues la música clásica y coros estuvieron a la orden del día durante casi dos semanas.
Del Latín sacer, sacra, sacrum, el término hace referencia a la expresión musical europea hacia la Alta Edad Media y desarrollada como parte de los ritos cristianos de la época.
Sin embargo, su uso puede ser aplicado a otras religiones además del catolicismo.
La Música Sacra, también llamada litúrgica, tiene su origen en el griego hieron (osteon) que significa hueso fuerte o hueso sagrado.
Más específicamente, el hueso sacro es el hueso central de la pelvis, que de acuerdo a los primeros romanos era indestructible (creencia anterior al catolicismo). Los romanos creían que esta era la parte del cuerpo que sería capaz de levantar a un muerto o resucitar.
Por lo tanto, el hueso sacro servía de ofrenda quemada, a los dioses romanos. De estas prácticas nace la palabra sacramento que significa juramento o lealtad de un soldado a su rey, o algún objeto con fines sagrados.
Entonces el término Música Sacra significa sagrada o consagrada, que ya en épocas modernas y actuales tiene una connotación occidental y por ende propia del catolicismo.
Este género musical surgió como una forma de evangelización dentro del catolicismo. Esta música llegaba a la sensibilidad de los feligreses a través de sonidos monódicos y fuertes capacidades vocales. Durante estos recitales se relataba un pasaje bíblico determinado o se destacaban los valores cristianos.
Es por eso que los festivales de Música Sacra, género que requiere por supuesto de formación académica de coristas y músicos, se han convertido en una tradición más de los quiteños en el contexto de la Semana Mayor, donde se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Cada vez asiste más gente a los conciertos
Según algunos de los presentes la afluencia de público ha ido aumentando con el pasar de los años. Esto se debe a la socialización de eventos como estos y sobre todo al fácil acceso.
Como representantes de Ecuador estuvieron Paco Godoy, el Coro de Guayaquil Consort, Schola Cantorum Quitensis y los elencos de la Fundación: Orquesta de Instrumentos Andinos, Ensamble de Guitarras de Quito, Banda Sinfónica Metropolitana, y los Coros Infantil y Juvenil del Teatro Sucre. El próximo año se vislumbra un festival igual o mayor que el de esta semana.