Mery Yolanda Viera perdió sus 2 manos cuando tenía 6 años. Aún recuerda que inocentemente tomó un puñado de pólvora entre sus dedos y el calor emanado provocó una explosión inmediata. “Sufrí mucho, pero gracias a Dios tuve fuerza para salir adelante y ser valiente”, reconoció.

Trabajó durante 15 años en una empresa hasta que se privatizó, y la despidieron. Luego de ello no pudo conseguir empleo y se dedicó a ser comerciante.

Afortunadamente hace 3 años visitó las oficinas del Servicio de Integración Laboral para Personas con Discapacidad en Quito y consiguió un empleo.

“Ahora colaboro en inserción laboral. Me gusta mucho porque trabajo con las personas que hablamos el mismo idioma. Me encanta ayudarles porque vienen desesperadas por encontrar trabajo y tener un sustento. Algunos tienen depresión, pero yo les animo a seguir”.

Xavier Torres, vicepresidente del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis), comentó que en Ecuador hay cerca de 80 mil personas con discapacidad que trabajan en empresas públicas y privadas.

Si bien dice que la meta del cumplimiento de contratación con el análisis de la brecha del 4% sería de 115 mil, reconoce que se han dado grandes logros (ver datos).

Entre las provincias con un mayor número de contrataciones, obviamente, están las que más habitantes tienen y las que mayor producción generan.

Por ejemplo, Guayas, Pichincha, Manabí y Azuay lideran la lista. En la Amazonía aún se debe fortalecer la contratación.

Poco más del 60% de personas con discapacidad trabajan en cargos técnicos y apenas el 1% ocupa cargos de gerencia y coordinación. En 2007, Lenín Moreno se posesionó como el primer vicepresidente con una discapacidad física.

Torres reconoció que hay personas que no están ejerciendo una actividad económica de acuerdo a su profesionalización, y eso, dijo convencido, hay que corregirlo.

También dice que, en la mayoría de casos, las personas no han tenido acceso a educación por varias décadas y eso es un factor determinante a la hora de conseguir empleo. Por ejemplo, destacó que de las 80 mil personas trabajando, apenas mil tienen formación profesional.

Esto es preocupante y por ello aseguró que se vinculan con varias instituciones educativas para elevar las oportunidades.

“Trabajamos con el Ministerio de Educación, el Ineval, la Senescyt. Buscamos que las universidades sean accesibles, que tengan buenos formatos. Estamos reconociendo la calificación de los intérpretes de lenguas de señas, la tecnología, la promoción de derechos”, sostuvo Torres.

Uno de los cambios más radicales para el vicepresidente del Conadis es el compromiso empresarial. Dice que el 70% de las empresas cumple con la norma de contratación progresiva del 4% de personas con discapacidad.

“Ha habido un cambio de la voluntad empresarial que hay que destacar. Creo que aún uno de los retos es el manejo del lenguaje positivo, cuesta trabajo poco a poco ir cambiando ese ‘chip’, pero hay que hacerlo. Es un trabajo que va desde las autoridades hasta el ciudadano más pequeño (...); los medios también deben ser un aporte y no seguir emitiendo programas excluyentes, sino participativos”.

Luz Mejía, técnica en formación de la regional 2 del Servicio de Integración Laboral para Personas con Discapacidad, una entidad independiente pero que trabaja de la mano con Conadis, concuerda que ciertas compañías sí tienen apertura. Dice que, semanalmente, al menos 20 empresas se inscriben para contratar a personas con discapacidad. 

“Con las empresas tenemos un primer contacto si ellas necesitan asesoría en cuanto al trato con las personas con discapacidad, las accesibilidades y la incorporación de ambientes amigables. Estos son temas en que podemos asesorarlos”, explicó Mejía.

Hasta junio de 2015, 119 personas han sido insertadas laboralmente, según datos de esta organización. El 30% corresponde a áreas administrativas, 20% profesionales, 20% atención al cliente y el 30% a cargos operativos.

Luz reconoce que hay casos de difícil inserción laboral de las personas por la severidad de su discapacidad o por la edad.

Frente a eso, apuntó que ofrecen un servicio de capacitaciones para emprendimientos, de acuerdo al interés. En este programa intervienen las familias del futuro trabajador. (I)