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La atención se da en los hospitales pablo arturo suárez, enrique garcés y eugenio espejo

Pacientes con diabetes mejoran su visión sin costo y con tratamiento de última tecnología

La retinopatía diabética se trata en las unidades de salud tipo 2 y 3 como son los hospitales de Quito, donde llegan pacientes de todo el país en busca de atención. Cortesía Ministerio de Salud Pública
La retinopatía diabética se trata en las unidades de salud tipo 2 y 3 como son los hospitales de Quito, donde llegan pacientes de todo el país en busca de atención. Cortesía Ministerio de Salud Pública
19 de noviembre de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

Ángel Aníbal Flores, conductor de 77 años de edad, es un paciente diabético, diagnosticado y tratado por  32 años, pero hace 7 meses empezó a tener problemas con su visión y cuenta que sus lentes ya no le eran suficientes para ver bien.

La picazón y el ardor en sus ojos eran insoportables y como la vista es indispensable para su trabajo decidió buscar ayuda en un hospital del Ministerio de Salud Pública.

En la consulta de oftalmología le dijeron que tenía una catarata en su ojo izquierdo y que estaba empezando a salirle otra en su ojo derecho. “Me hice un chequeo y la doctora al revisarme me diagnosticó retinopatía diabética, por lo que recibí tres sesiones de láser que me ayudaron mucho y han mejorado mi visión”, comenta Flores.

La diabetes 1 y 2 produce una alteración en los vasos sanguíneos del ojo y provoca un daño en la retina conocido como retinopatía diabética, refiere la oftalmóloga Paola Ponce, del Hospital Pablo Arturo Suárez. “Esto es por el alto nivel de azúcar en la sangre y la hipertensión que con frecuencia acompaña a esta enfermedad metabólica”, recalca.

Cuando los vasos sanguíneos se lesionan pueden formarse pequeñas ampollas que con frecuencia explotan y derraman sangre u otros fluidos en los tejidos, ocasionando la inflamación de la retina y el depósito de materiales transportados por la sangre.

Hasta este punto, la retinopatía puede pasar desapercibida para el diabético por no provocar ningún deterioro perceptible en su visión. Esta etapa se conoce como retinopatía no proliferativa.

En una etapa más avanzada de la dolencia, denominada retinopatía proliferativa, la retina intenta formar nuevos vasos sanguíneos para reemplazar los dañados con el fin de obtener el oxígeno y la nutrición que necesita para funcionar adecuadamente.

A menudo no se producen síntomas durante las primeras etapas de la retinopatía diabética, pero tarde o temprano la visión podría volverse borrosa o bloquearse por completo. Incluso en los casos más avanzados la enfermedad podría progresar sin señales de alarma durante mucho tiempo. Por eso la especialista recuerda la importancia de los exámenes oculares periódicos por lo menos una vez al año para las personas diagnosticadas con diabetes.

El tratamiento para esta enfermedad consiste en la fotocoagulación en la que un rayo láser se aplica sobre el ojo para destruir los nuevos vasos sanguíneos y sellar los que presentan pérdidas.

Si la hemorragia de los vasos dañados ha sido grande es necesario recurrir a cirugía para extraer la sangre que entra en el humor vítreo (un procedimiento llamado vitrectomía). La visión mejora tras la vitrectomía y el humor vítreo es gradualmente reemplazado.

El Ministerio de Salud Pública, a través de los hospitales Pablo Arturo Suárez, Enrique Garcés y Eugenio Espejo, pone a disposición de la población el tratamiento con láser para esta afección. Estas unidades son de referencia nacional.

En el Hospital Pablo Arturo Suárez (HPAS) se adquirió el fotocoagulante hace 3 años a un costo aproximado de $14.000. Este equipo ayuda en el tratamiento que los 4 profesionales de oftalmología dan a sus pacientes y ha beneficiado a cerca 1.600 personas. Una de ellas es María Mena, paciente de la Coordinadora de Oftalmología del HPAS, María de los Ángeles Quisiguiña.

“Gracias al tratamiento que me dio la doctora evité quedarme ciega. Se salvaron mi ojitos que me son tan útiles. Yo no sabía lo que tenía, pero gracias a Dios me lo diagnosticaron a tiempo y me alegro porque aún puedo ver” señala María.

Este tratamiento se da a toda persona diabética que después de realizarse un examen se le diagnostique retinopatía diabética, una anomalía que específicamente se la descubre con el especialista en la unidad de segundo y tercer nivel. 

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