Pensar en un agro moderno y eficiente, sin haber resuelto la problemática de la enseñanza en Ecuador, es imposible. Con ese preámbulo abrió la presentación del informe sobre Educación Rural, a cargo del Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural-Rimisp.

El acto se efectuó ayer en Quito con la presencia del centro Rimisp, el grupo de Diálogo Rural (GDR-Ecuador), la ONG belga Veco Andino y autoridades del Ministerio de Educación, quienes presentaron sus programas escolares con énfasis en la población del campo.

Del documento se desprende que la deserción escolar en el Bachillerato es altamente preocupante y ocurre más que en otras etapas, como Educación general básica. “En este nivel se requiere la atención de los estudiantes de 13 a 17 años, por cuanto son las edades en que abandonan el colegio para buscar un trabajo que complemente el sustento familiar o para apoyar en las labores domésticas”, dice el informe.

El Bachillerato tanto en el área de ciencias como el técnico, es una opción para evitar esa deserción estudiantil, apunta la investigación. En el período escolar 2014-2015 se matricularon 129.727 estudiantes en el Bachillerato del área rural, casi 10 mil más que el año anterior. Aún así es una cantidad inferior comparada con los bachilleres del área urbana, 653.703.

En el último año, el MinEduc ha promocionado el Bachillerato técnico como una opción de formación en áreas técnicas (agropecuaria, industrial y servicios), artesanales, deportivas o artísticas, que permita ingresar al mercado laboral e iniciar actividades de emprendimiento tanto social como económico. Hay 37 a 42 figuras profesionales de sub-especialización.

En cuanto a deserción escolar, en 2010 se encuestó a los jóvenes del secto rural que habían dejado la escuela. El 46,7% dijo que era por falta de recursos económicos, y el 11,4% porque no le interesaba estudiar. La incidencia de abandono es mayor en las mujeres, pues el 42,4% dejó de estudiar versus el 39% en varones. (I)