Escuchar con atención el canto de las aves, observar su colorido plumaje, su tamaño y su pico mientras se disfruta de un paseo rodeado de vegetación se ha convertido en una práctica que cada vez cobra más interés en familias enteras y jóvenes, a tal punto que puede resultar una opción para este feriado.

Se trata del aviturismo, una actividad que está en auge en el país y que hace 2 décadas empezó de forma activa, asegura Orlando Carrión, quien lleva más de 22 años dedicado a la observación de aves.

En 2015, el Ministerio de Turismo participó en una feria internacional, Bird Fair, en Reino Unido, donde se expuso a Ecuador como un destino para la realización de esta actividad. De hecho, después de Colombia, Perú y Brasil, Ecuador ocupa el cuarto lugar en el mundo en riqueza de aves y entre los primeros en densidad de aves por kilómetro cuadrado.

En el país existen alrededor de 1.640 especies de aves, distribuidas en Costa, Sierra y Oriente, según datos de la Red de Observadores de aves y la Sociedad de Ecuador de Ornitología.

En Guayaquil varios son los lugares que pueden ser visitados para el avistamiento de aves, entre ellos se encuentran los senderos en el Parque Samanes, el Jardín Botánico, el Malecón del Salado, Cerro Blanco y Cerro El Paraíso.

Para Ivette Solís, egresada de la facultad de Ciencias Naturales, el aviturismo además de ser un aporte para la conservación de las aves también permite beneficiarse en lo personal. Esto por ser considerada una actividad desestresante para cualquiera, incluso para personas con discapacidad.

Para practicar el aviturismo se necesita pasión y mucha paciencia, indica Solís. “La afinidad con las aves y la naturaleza en este tipo de actividades no puede faltar. En mi caso, descubrí mi amor por ellas en una de las clases de ornitología que me dieron antes de egresar; ya después me he dedicado a visitar sitios donde es frecuente el avistamiento”.

Jaime Salas, docente de Fauna tropical y conservación del ambiente de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, asegura que la observación de aves puede ser un pasatiempo para algunos, pero hay que tener claro que no es una actividad tan sencilla ya que implica llevar ropa adecuada, estar a la expectativa de los elementos, si llueve o hace calor.

Miriam Atiencia, decana de la Facultad de Turismo y Hotelería de la universidad Ecotec, asegura que Ecuador tiene características especiales para este tipo de turismo, debido a que no es limitado el lugar para observar las aves porque estas se encuentran en las 4 regiones. Hasta hace 2 años el endemismo de aves nativas alcanzaba el 45%.

Por esa razón los ingresos económicos por esta actividad son importantes por el gasto turístico que hace el visitante al tomar un hotel, al usar el transporte, al comer en un restaurante específico o al contratar un guía especializado. Asimismo asegura que hay varios grupos entre ellos los empresarios que se benefician de esta actividad.

Jaime Salas cuenta que la importancia que se le dio al tema de aves radica en la Cumbre de Río de Janeiro de 1992 que dejó a muchos países con el compromiso de crear políticas de conservación del ambiente, incluidas las aves.

El también biólogo señala que hace falta un escenario en el que la academia se siente junto con los gobiernos seccionales y a la autoridad ambiental para llegar a concretar acuerdos de protección.

El oficio de un pajarero

Este año en Zamora Chinchipe se realizará el Quinto Congreso de Ornitólogos Ecuatorianos, que reunirá a profesionales dedicados a observar aves, también conocidos como ‘pajareros’. Cerca de 300 practican este oficio en el país.

Carrión es uno de ellos. Este profesional comparte su tiempo entre ser docente de química de un colegio y ser pajarero. A todas partes lleva sus binoculares que le permiten visualizar a los pájaros a grandes distancias.

Cuenta que todos los días cuando sale de su casa camino al trabajo permanece atento a cualquier sonido que realicen las aves, luego de identificarlas, las registra y lo comparte con el grupo que integra.

El aviturismo en otros países

A escala mundial existen miles de especies de aves. Solo en Europa, se estima que unos 10 millones de turistas viajan al año para ver aves, los países con más potencial son Reino Unido, Holanda y Alemania.

Según la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) la observación de aves puede promover un turismo de calidad, respetuoso y sostenible, que además contribuya a la conservación del recurso y complemente el desarrollo rural creando riqueza y empleo. (I)