El cierre de las escuelas comunitarias afectó la salud, el rendimiento escolar y generó aumento en los gastos de las familias ecuatorianas. 

Así lo revela el estudio que desarrolló la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Facultad Latinoamericana de Estudios Sociales (Flacso).

Blanca Chancoso, representante de la Ecuarunari, explicó que el 50% de los núcleos familiares percibió una mejora en la infraestructura, pero el 90% reportó un gasto adicional de entre $ 30 y $ 100 mensuales.

El análisis determinó que  las amplias distancias desde las instituciones académicas hasta las viviendas provocaron la deserción del 22% de los estudiantes. Los trayectos eran hasta de dos horas.

La mayoría de los consultados pide una auténtica educación intercultural, en la que el idioma base sea el kichwa (para los pueblos que lo tienen como lengua materna).

“Los profesores que enseñan son de la ciudad y desconocen la cultura de la comunidad para replicarla”, expresa Hermina Guavirá, quien hizo el análisis del pueblo Salasaca.

Los menores de edad de esta localidad, como en otras partes del país, no desayunaban adecuadamente solo por llegar a tiempo a las escuelas, ya que residen en otro lugar. “Eso afectó la salud del grupo etario”.

La representante de Ecuarunari considera que la colación escolar debería estar acorde con los productos que consumen los integrantes de la comunidad.

Otro malestar que existe entre las comunidades es que no se les consultó a los habitantes antes de efectuar la clausura de los centros.

“En el proceso de toma de decisión educativa debe participar la comunidad, porque la escuela es el corazón del sector”, expresa Víctor Llamipay, de la comunidad Santa Clara de San Millán.

Para el ministro de Educación, Milton Luna, los datos presentados muestran la pérdida del tejido social. Y el compromiso del Gobierno Nacional es restaurarlo.

Para la reapertura de las primeras 1.000 escuelas rurales hay $ 70 millones.

El funcionario adelanta que se buscan nuevos créditos, a través de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD), para garantizar el acceso de la población a la enseñanza.

La situación
Según los estudios del colectivo no gubernamental Contrato Social por la Educación, 6.000 escuelas comunitarias desaparecieron en el territorio nacional entre 2008 y 2014. Solo en cinco cantones de la Sierra se registraron 436.

Al respecto, la Ecuarunari pidió un presupuesto destinado a la educación intercultural bilingüe que permita tener profesionales que mejoren la calidad de la enseñanza de la ruralidad.

“Es necesario que las relaciones culturales se mantengan. Es deber de la educación de los pueblos y nacionalidades transmitir las sabidurías ancestrales”.

 La cartera de Estado indica que para hacer sostenible la reapertura deberá firmarse un Acuerdo que establezca este tema como política de Estado.

“Ecuador tiene amplia experiencia y al momento hay las condiciones suficientes para impulsar esto”. (I)