Publicidad

Ecuador, 28 de Marzo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

En el Baca Ortiz 600 turnos no cubren la demanda

En el Baca Ortiz 600 turnos no cubren la demanda
20 de agosto de 2012 - 00:00

A las 04:00 del martes pasado Manuel Hernández llegó al Hospital de Niños Baca Ortiz, ubicado al norte de Quito. Vino desde Pisulí con su hijo Anderson para solicitar un turno de atención en el área de Odontología. 

Al llegar ya había al menos 50 personas envueltas en gruesas cobijas, algunas sirviéndose café para “matar el frío” mientras esperaban.

No faltaron los niños que se arrimaron al hombro de sus padres para dormir. “Hay algunas personas que hacen fila desde las 02:00 para tomar turno”, contó Jorge Guevara.

Este padre de 24 años llegó al hospital por una cita con el cardiólogo. Vive en Quevedo (Los Ríos). Su hija de 2 años y medio debe tratarse de un soplo al corazón. “Si no cojo turno pasan los días y no la hago atender”. La gente esperaba en los bajos de la casa de salud.

Les dieron las 06:00. Entonces un guardia gritó: “Fórmense para repartir los turnos”. Inmediatamente  ingresaron al área de consulta externa y ahí empezó el segundo espacio de espera para la entrega de turnos.

Mercy Cagua, asistente de enfermería, lo ha vivido de cerca. Es madre de una niña de 2 años. El pasado 13 de julio obtuvo un turno para el 29 de agosto. “Es terrible que nos atiendan después de tanto tiempo”, comentó.

La enfermedad de su hija le preocupa, pues a prinicipios de año, sufrió de convulsiones. Ella asegura que cuando  llegó al área de Emergencia, “las enfermeras gritaron que hay casos peores”.

En enero de 2012 se declaró la Emergencia al Sistema Nacional de Salud. Parte de los recursos se destinaron a varios hospitales, entre ellos el Baca Ortiz, para ampliar la infraestructura y contratar 100 enfermeras y 30 médicos residentes.

En el área de consulta externa, por ejemplo, se entregan unas 600 citas diarias. Sin embargo, la demanda supera aún la capacidad.

Wilma Valencia llegó desde Latacunga para hacer atender a su hija: “Es la segunda vez que vengo. La primera fue en julio cuando recibí el turno. Mi hija necesita las radiografías de urgencia, pero recién hoy me atienden”, contó.

Después no dijo nada, se acostó en el suelo y tapó con una sábana a su pequeña. Los responsables del centro no se pronunciaron sobre el tema.

Contenido externo patrocinado