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El decomiso de especies se incrementó 42%

El decomiso de especies se incrementó 42%
23 de agosto de 2016 - 00:00 - Redaccion Sociedad

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) asegura que el tráfico de vida silvestre constituye la segunda amenaza para la fauna en el mundo y el tercer negocio ilícito más importante.

En Ecuador, según el Ministerio del Ambiente (MAE), entre enero y julio del presente año se han decomisado 723 animales en estado salvaje. En 2015 fueron 506.

En las provincias de Esmeraldas, Orellana, Sucumbíos, Manabí, Napo y Pastaza se registró mayor incidencia de este tipo de tráfico.

Normalmente -de acuerdo con el MAE- hacen retenciones de loros, pericos y tortugas. “Los comercian en las calles, carreteras, mercados, plazas, tiendas de mascotas y hasta directamente en los domicilios”.

La autoridad forestal o de áreas naturales retiene un “producto” cuando presume el cometimiento de una infracción a la Ley Forestal y de Conservación de Áreas Naturales y Vida Silvestre.

El tráfico y las leyes vigentes

Para Juan Manuel Carrión, director ejecutivo de Fundación Zoológica del Ecuador y  del Zoológico de Quito - Guayllabamba, el comercio prohibido se da por varias razones, pero la más común es convertir estos animales en mascotas. “Opera un comercio local e internacional. Son mafias organizadas y peligrosas. Tienen vínculos cercanos con otros tipos de tráficos”.

Él recuerda que el año pasado, en  el sector del Panecillo (Quito),  en una casa se encontró un cargamento de drogas y a 100 periquitos del Pacífico (especie endémica).

“Las trasladaban en la misma ruta. Van a parar a coleccionistas inescrupulosos”.

El tráfico de especímenes o sus partes existió siempre.  Hace 30 años -según Carrión- era impune, pero ahora hay un marco legal.

Carrión se refiere al artículo 247 de Delitos contra la Flora y Fauna Silvestres del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Este sanciona con prisión el tráfico, caza, pesca, captura, recolección, extracción, posesión, transportación, tráfico o comercialización de animales en estado natural.

Igualmente, el artículo 78 de La Ley Forestal y de Conservación de las Áreas Naturales y de Vida Silvestre de las Infracciones y Penas contempla multas de 1 a 10 salarios mínimos vitales generales y la retención de los productos contra quien transporte, negocie o utilice los bosques de áreas de mangle, los productos forestales o aquellos que constituyen la fauna.

En este año, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon pidió que se luche contra el tráfico de animales y productos de la vida silvestre. “Quienes se lucran son  individuos y empresas motivados por la ganancia a expensas de las comunidades y del hábitat”.

Según el biólogo Jaime Salas, el tráfico de especies ocasiona “defaunación”, es decir, un proceso degenerativo de los bosques cuando estas han sido extraídas por la fuerza.

El también docente de fauna tropical en la Universidad de Guayaquil considera que las incautaciones que trascienden significan una porción pequeña de la gran comercialización.

Por esa razón, se sugiere fondos para realizar investigaciones sobre la cifra real de especies capturadas.

Crueldad de compradores

El Ministerio del Ambiente precisa que, en lo que va del año, han sido decomisadas 101 especies de aves.

Precisamente, estos animales son los que más sufren de estrés físico y psicológico dadas las inadecuadas y crueles condiciones en las que viven para su comercialización.

El ornitólogo Orlando Carrión explica que por el estrés físico comienzan a sacarse las plumas, pelearse, sufren deterioro de la piel, pierden la pigmentación de su plumaje.

Estas dolencias las llegan a presentar -añade- debido a problemas alimenticios y porque que las aves están rodeadas de mucho ruido.  

¿Cómo las capturan? Hay dos formas: las buscan en los nidos o les ponen trampas en su alimento. “Hay gente que pide pájaros y se los llevan en cartones por vía terrestre”.

Por su parte, Carrión, del Zoológico Guayllabamba, recuerda que hace 30 años, cuando investigaba el tráfico de aves, descubrió que solo 1 entre 20 gallos de la peña capturados lograban sobrevivir todo el proceso.

En el zoológico existe una gran colección de fauna, que proviene de los rescates que se hacen. “Son animales damnificados por la intolerancia humana”. Hay una casa de acogida para  los que han tenido experiencias traumáticas, es decir, fueron sacados de su entorno y transformados en mascotas. “Ellos ya no pueden reinsertarse en la naturaleza, porque se desconoce su origen y porque el contacto con los seres humanos hizo que pierdan sus habilidades primarias”.  (I)

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