‘Ñengoso’, ‘ñengosito’, ‘ñengosita’... ¿le suena familiar alguna de estas palabras? Estos términos producen curiosidad entre quienes la escuchan por primera vez, pero para la mayoría de jóvenes de pocos recursos en Guayaquil son conocidos.

Solo con colocar la palabra ‘ñengoso’ en Google, un usuario tendrá 13.400 resultados en 3 segundos. ¿Qué encontrará? Videos en YouTube, canciones, cuentas en Facebook, Twitter o Vine y hasta un decálogo para identificarlos.

Un video que salta entre todos es el de Briggitte Quiñónez, más conocida como la ‘Mafiosita del Trinipuerto’ o ‘Mafia Chumi’.

La joven de 21 años se hizo ‘popular’ por mostrarse fumando, insultando y lanzando epítetos contra otra ‘ñengosita’. La convulsión fue tal que un programa de farándula la invitó para ser reportera de TV como una forma de reinserción a la sociedad.

La decisión llamó la atención del Cordicom, que hizo una observación al canal “por el aprovechamiento de la condición y la imagen, bajo supuestos de redención social”.

Más allá de las críticas a Briggitte, la pregunta es: ¿por qué se la califica como ñengosita?, ¿qué características tiene este nuevo grupo que emerge en Guayaquil?

Solo el hecho de nombrar la palabra ‘ñengoso’ genera algo de hilaridad en Jorman, un joven de 17 años, que habita en el barrio Nigeria, al sur de Guayaquil. Usualmente, cuando está en casa, viste con pantalonetas anchas. No se desprende de un arete de acero en el que tiene grabado su nombre y tampoco deja de usar una cadena. Pero no se considera ‘ñengoso’, aunque describe detalladamente cómo son.

Se trata de quienes se identifican con Ñengo Flow, cantante puertorriqueño de hip hop y reggaetón, creador del movimiento RealG4Life que quiere decir ‘Real Gangster For Life’ o en español: ‘Verdadero Gánster de por Vida’. Esta corriente es una forma de expresión a no rendirse y hacer lo que sea por salir adelante.

De allí que las personas que se identifican con el cantautor toman el nombre de ‘ñengosos’ y en algunos países tiene más acogida que en el nuestro. Jorman no se considera así porque asegura que quienes forman parte del RealG4Life son raperos que usan una vestimenta muy holgada a su cuerpo y hacen lo que dicen algunas de sus canciones: ‘robar, matar’.

Washington también conoce de esta corriente y señala que entre sus compañeros del colegio fiscal no hay personas con esas características “seguramente porque es un plantel pequeño”, pero  revela que a la hora de la salida varios chicos con esa vestimenta se acercan en grupo a esperar a sus novias.

Washington y su amigo Fabricio manifiestan que a los ‘ñengosos’ les gusta llamar la atención, usando ropa y zapatos de marca, con tonos muy coloridos. “Ellos van a los bailes que les dicen ‘marroneos’ o ‘bailes fugueros’ y bailan reggaetón. A las mujeres ‘ñengosas’ las reconocen por su ropa muy corta.

¿Una nueva tribu urbana?

Carlos Tutivén, profesor de sociología e investigador de la Universidad Casa Grande, sostiene que es muy pronto para poner a los ‘ñengositos’ en una categoría. Explica que una tribu urbana tiene un carácter emocional e intuitivo y todos se cuidan.

“Hay que ver si un grupo puede llegar a evolucionar a tribu urbana o si se disuelve antes de llegar a eso. Las tribus urbanas de esta época ya tienen páginas web y métodos de comunicación en redes”, señala en referencia a rockeros y punkeros.

Tutivén aclara que puede haber constelaciones de tribus que participen de una misma estética, en este caso los pantalones anchos, el uso de cadenas, caminar de una manera característica, los tatuajes o el lenguaje particular pueden venir de matrices como el rap, hip hop y reggaetón.

Manifiesta que para saber si el movimiento tiene algo de autenticidad y no es publicidad novedosa, hay que conocer si existe un discurso. “Cuando un punk te decía por qué es punk tenía un argumento”, porque podría ser algo muy efímero y terminar cuando el cantante muera. “Lo raro es que se identifiquen con un cantante y no con un género musical, como los rockeros, que se identifican con el género y no con una persona. De ser así sería como un club de fans y no una tribu”.

Según Tutivén, los chicos ‘ñengosos’ posiblemente vivan en precarias condiciones, sufran violencia intrafamiliar, consuman drogas o tengan problemas en el colegio, por lo que al formar parte de un ‘club’ se sienten en un hogar o en familia.

Los ‘ñengositos’ entonces se reconocen por su vestimenta, tal cual se hizo en otras décadas con los hippies o punkeros. Y al igual que ocurrió en el pasado son juzgados. “Los otros no lo aceptan porque está fuera de lo normal. Siempre hay estigmatización porque lo que no se entiende se ataca, y es cuando se debe tener tolerancia”. (I)

Ñengo Flow es  visto como un ídolo urbano

Edwin Rosa Vásquez, conocido públicamente como Ñengo Flow, nació el 15 de octubre de 1981, en el pueblo de Río Piedras, Puerto Rico. Su infancia se desarrolló en el municipio de Bayamón en donde despertó su gusto musical por el género musical urbano.

Su primera presentación en el escenario ocurrió cuando tenía 14 años y se presentó en la tarima del barrio en donde vivía, durante una actividad comunitaria. En aquella ocasión descubrió que su pasión era “ser portavoz de la vida, en el barrio y en la calle”, revelando sus vivencias en cada una de sus canciones.

Su primer trabajo artístico fue un ‘mixtape’ realizado junto a colegas y amistades, hasta que llegó a ser escuchado por la cadena Univisión.

En ese trayecto, Ñengo Flow sacó su primera producción discográfica titulada ‘Flow callejero’, con la que logró la acogida de su nuevo público y creando un grupo de fans que lo siguen hasta hoy.

El cantautor ha sido partícipe de producciones musicales urbanas junto a otros colegas del género, como Don Omar, Julio Voltio, Arcángel, Yomo, Ivy Queen, De la Ghetto, entre otros.

Sus trabajos se denominan Los Cambumbos (2005), DJ Joe - Abusando del Género (2006), Los Anormales (2004) y Sangre Nueva (2005) y uno de los álbumes con gran acogida fue RealG4Life con el que muchas personas se sienten identificadas porque consideran que es una forma de expresar superación.

El cantante utiliza en sus letras términos como ‘diri, diri’ -que en la jerga urbana quiere decir ‘a lo bien’. Incluso tiene una canción llamada así en la que en el coro dice: “Diri diri dame un fili, aprete la seguriri donde nos dé las ganas montamo el vacilón”.

Ñengo Flow utiliza sus canciones para hablar de situaciones cotidianas que suceden en los barrios suburbanos, en encuentros sexuales y sobre protestas en situaciones que no está de acuerdo. En Twitter tiene más de un millón de seguidores y algunos de ellos añaden a su nombre la identificación de RealG4Life. (I)