El II Censo Nacional del Cóndor Andino se desarrolla  desde hoy -y hasta el 19 de agosto- en 12 provincias del país. Comprenden 10 áreas protegidas dentro del callejón interandino.

El evento contará con más de 600 voluntarios que se repartirán en grupos de 4 en los 183 puntos de observación establecidos, que son sitios de anidación o dormideros previamente registrados.

Los participantes de distintas ciudades del país recibieron capacitación sobre las actividades a desarrollar, procesos y metodología que utilizarán el grupo de trabajo del cóndor andino y la fundación del mismo nombre.

El Ministerio del Ambiente (MAE) proveerá la parte logística para facilitar el desplazamiento del personal a los distintos lugares seleccionados para el proceso.

Este evento permitirá determinar la situación actual de esta ave símbolo del país. El primer censo de 2015 reveló que existen 102 individuos, en aquella ocasión se  observaron 70 puntos.

“Esto nos permitirá hacer un seguimiento del cóndor para conocer su condición y evaluar cómo está la situación a lo largo del tiempo”, señaló Fabricio Narváez, miembro de la Fundación Cóndor Andino Ecuador.

Las tareas de observación se realizarán en dos horarios: por la mañana de 06:00 a 09:00 y por la tarde de 15:30 a 18:00. En esos espacios los voluntarios deberán recoger datos para la identificación de la estructura poblacional, así como las características  del lugar.

Desde 2012, el Proyecto de Investigación y Monitoreo Ecológico del Cóndor Andino a nivel nacional logró marcar  con bandas alares a 12 cóndores silvestres, 9 de los cuales también fueron marcados con rastreadores satelitales.

Estas tareas fueron el punto de partida para efectuar un análisis más certero de la realidad del cóndor andino en Ecuador.

“El seguimiento a estas aves nos ha permitido determinar que más del 70% de su territorio está en tierras privadas, es decir, fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas”, aseveró Narváez.

Este trabajo permitió registrar y documentar 11 de los 13 nidos identificados en la historia del país, monitorear 17 eventos de anidación, además de caracterizar más del 80% de los principales dormideros de cóndores.

El primer censo nacional determinó la existencia de una estructura poblacional  saludable porque la mitad corresponde a cóndores jóvenes y la otra mitad a adultos, lo que reflejó una reproducción adecuada de la especie.

“Con esto podemos pensar que si controlamos las amenazas, la especie puede defenderse por sí sola”, señaló Sebastián Kohn, integrante de la Fundación Grupo Cóndor Andino.

Sin embargo, en el censo regional de 2017 la realidad fue diferente en el sur del país. De 28 cóndores que se contaron, solo dos fueron juveniles o subadultos.

“Allá existe un problema muy grave en términos de reproducción, no sabemos si no pueden procrear o si están muriendo los individuos juveniles que nacen”.

Para proteger esta especie, el MAE implementó planes de manejo, actividades de control de la cacería, identificación y protección de nidos y dormideros, programas de educación ambiental en las haciendas, escuelas y comunidades campesinas de los páramos. (I)