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El Telégrafo
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Tener una discapacidad no impide formar una familia

Tener una discapacidad no impide formar una familia
14 de abril de 2019 - 00:00 - Amanda Granda

Se dice que el amor no conoce barreras ni discriminación. El respaldo de esa premisa está en el diario vivir de tres parejas en las que uno de ellos tiene algún tipo de discapacidad o una enfermedad rara.

En Ecuador, el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis) registra a 458.811 personas con alguna discapacidad.

La cifra oficial sobre la población de ecuatorianos con alguna patología de baja prevalencia aún no ha sido publicada. La mayoría de ellos cuentan con un carnet del Conadis, pues su enfermedad les provocó discapacidad.

Esta condición no fue impedimento para que Hugo Arias, no vidente; Fernanda Quiroz, con osteocondrodisplasia, alteración en el tamaño de los huesos, y Hugo Galarza, quien vive con distrofia muscular de Becker, contraigan matrimonio y formen una familia.

La sexóloga Luisa Larco explica que, independientemente de su condición física o intelectual, todas las personas poseen las mismas necesidades socioafectivas.

“La sexualidad debe considerarse como una parte integrante del desarrollo psicoafectivo y psicoevolutivo de todos, por lo que el desarrollo íntegro de las personas conlleva la aceptación del ser humano como ser sexuado”.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad es una fuente de placer, salud, bienestar, comunicación y comprensión que genera en las personas actitudes positivas ante sí mismo y ante los demás.

A pesar de estos reconocimientos, la sociedad se ha encargado de generar mitos en cuanto a la vida de pareja de esta población, sostiene la psicóloga Clara Andrango.

La experta explica que alguien con discapacidad visual no establece una relación por medio de ese sentido, como lo hacen quienes usan la vista como primera vía para interesarse por alguien. Ellos hacen “clic” con otras personas por medio de otros sentidos. Lo mismo sucede con las otras discapacidades o condiciones, asegura.

En 2017 el Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó el Manual de Atención integral en salud sexual y reproductiva para personas con discapacidad.

El manual señala que este grupo tiene dificultades en costearse servicios de salud especializados, que no se ofrecen en redes de atención pública, como la concepción asistida y estudios genéticos.

“Se les niega y limita el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad, su orientación sexual y el derecho a tomar decisiones de tener o no hijos”. (I)

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