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El hábitat del amazonas almacena hasta 200 toneladas de carbono

Cero deforestación en 2030, la meta de Brasil

Uno de los objetivos de la gran torre que instaló Brasil es conocer cómo influye el cambio climático en la selva. AFP
Uno de los objetivos de la gran torre que instaló Brasil es conocer cómo influye el cambio climático en la selva. AFP
16 de septiembre de 2015 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

Una torre de 325 metros, uno más que la torre Eiffel, es una de las grandes cartas de científicos alemanes y brasileños para entender el rol de la selva amazónica en el cambio climático mundial.

La estructura, un monstruo de hierro naranja y blanco fue instalada en Brasil, en el estado de Amazonas, con una inversión inicial de 6 millones de euros, para determinar las variaciones atmosféricas. El proyecto fue erigido tras un año de trabajo en el municipio de Sao Sebastiao de Uatumá, en estado de Amazonas, a unos 250 kilómetros de la ciudad de Manaos.

“Las informaciones no serán sigilosas, estarán a disposición de toda la comunidad científica mundial y espero que pueda servirles a nuestros vecinos amazónicos, ellos también serán beneficiados de los estudios”, dijo a EL TELÉGRAFO el ministro de Ciencia y Tecnología de Brasil, Aldo Rebelo.

El proyecto se llama Observatorio Torre Alta de la Amazonia (ATTO, por sus siglas en inglés) y fue inaugurado luego de la visita que realizó el mes pasado a la presidenta Dilma Rousseff en Brasilia la jefa del gobierno alemán, la canciller Angela Merkel.

En ese marco, Rousseff irá a la cumbre de cambio climático de diciembre (COP21) en París con la propuesta de deforestación cero en la selva amazónica para 2030.

Brasil posee el 60% de la selva amazónica, la que comparte con Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa, Surinam y Perú.

El proyecto, con un horizonte de 30 años, tiene como objetivo analizar, en un radio de 1.000 kilómetros de bosques, cómo el viento, la temperatura de debajo y arriba de las copas de los árboles, la humedad generada y el carbono que sale del bosque influyen en otras regiones del mundo.

La deforestación en la selva amazónica de Brasil creció el 467% el año pasado, en comparación con 2013, de acuerdo con los datos no oficiales del Sistema de Alerta de Deforestación (SAD) de Imazon.

En lo que respecta a los bosques degradados, este incremento ascendería hasta el 1.070%, pasando de 40 kilómetros cuadrados degradados a los 468 km2.

La torre que es 8 veces el tamaño del Cristo Redentor de Río de Janeiro, el monumento más conocido de Brasil con 142 toneladas de peso tendrá en su máxima plenitud de trabajo unos 100 instrumentos para medir la concentración del gas carbónico, el metano, el óxido nitroso, el ozono y las partículas sólidas y líquidas en suspensión.

Según el gobierno brasileño, los científicos quieren entender cómo pasan por la región amazónica los vientos que cruzan Sudamérica.

“Es el máximo elemento hasta ahora para estudiar una selva tropical continua como la amazónica, para recoger datos en ese bioma del planeta. No había más condiciones de recolectar datos en el suelo, por eso ahora tenemos posibilidades de recolectarlos a más de 300 metros”, dijo el ministro Rebelo. Agregó que Rusia posee una torre similar en Siberia, para investigar el bioma de aquella región.

El investigador Paulo Artaxo, de la Universidad de Sao Paulo (USP), dijo que uno de los objetivos es saber cómo el cambio climático mundial influirá en la región amazónica. La torre es la más alta de su tipo para investigación científica y la más alta de América Latina.

“La selva amazónica almacena entre 100 y 200 toneladas de carbono en aquel sistema. Si una parte ínfima de eso es liberada en la atmósfera, tendremos un serio agravamiento del escenario y actualmente no sabemos si ella liberó o absorbió más ese gas”, explicó Artaxo.

La Torre Alta, como se la conoce, es producto de la sociedad científica entre Brasil y Alemania, implementada mediante los institutos germanos Max Planck de biogeoquímica, la Universidad Estadual de Amazonas y el Instituto Nacional de la Amazonia (Inpa).

Por su parte, Juergen Kesselmeier, coordinador de la torre en representación de Alemania, declaró: “Tenemos grandes expectativas porque es algo único en América Latina, atraerá a los científicos de todo el mundo”, subrayó. Antonio Manzi, el jefe brasileño del proyecto ATTO, destacó que la iniciativa “es de larga duración”.

El ministro Rebelo, en diálogo con EL TELÉGRAFO, dijo que el proyecto de la torre deberá ser una de las políticas públicas que presentará Brasil en la cumbre de París sobre cambio climático. “Queremos presentar las primeras muestras recogidas en la Torre Alta”, subrayó. (I)

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