Cuando Tommy tenía 3 años quedó encantado con un perro shar pei negro que vio en venta por las calles de Urdesa (norte de Guayaquil).

Su padre, Juan Carlos Ramírez, no dudó en aceptar el precio ofrecido: $80 y unos $300 menos en comparación a un can adquirido en una tienda autorizada. Luego de tres meses, el perro murió de parvovirosis, una infección que afecta a cachorros y se caracteriza por vómitos, diarreas y deshidratación. “Mi hijo se entristeció porque se encariñó con su mascota y todos vimos cómo sufrió el pequeño animal”, manifestó Juan Carlos.

Mónica Chonillo, responsable del área de denuncias de la fundación Trato Ético a los Animales (TEA), señaló que la venta de perros ambulantes en Urdesa se logró disminuir luego de que las organizaciones proanimales realizaron plantones continuos en el sector, aunque indicó que los vendedores aún circulan en la Bahía, centro de Guayaquil, ofreciendo animales maltratados y enfermos.

Un equipo de EL TELÉGRAFO constató la venta de cachorros en el sector conocido como ‘La Cadena’, en la Bahía, cuando un sujeto de más de 50 años sostenía un golden retriever de seis meses, mientras negociaba el precio con una pareja. “A 85 le dejo... vale 130 en mall”, decía el vendedor mientras la mujer acariciaba el perro en sus brazos.

Otro tipo más joven se acercó con un schnauzer y una loba albina en cada mano. “Tiene mes y medio y está desparasitado, solo le faltan las vacunas”, dijo el hombre que soltó el perro en las manos del cliente, quien pudo sentir las costillas del animal.

Al consultar por otras razas de canes, el vendedor se apartó un poco y echó al piso una maleta escolar para sacar un cachorro french poodle, inquieto y sediento por el calor de Guayaquil. “Se lo siente flaquito porque lo desparasitaron ayer -explicó-, pero se lo vendo con garantía. Yo le doy un número de teléfono y la dirección en donde vivo, cualquier cosa me llama”. Ambos vendedores eran de Machala, pero ante las bajas ventas en Guayaquil, al día siguiente recorrerían ciudades de Santa Elena, como Salinas y La Libertad.

¿De dónde llegan los canes?

En 2010, los activistas proanimales solicitaron a la Comisaría de Salud que realizara un operativo en la Terminal Terrestre, para captar la llegada de cachorros a bordo de buses interprovinciales.

En aquel operativo se halló a 60 perros que, luego de ser rescatados, murieron por infecciones. La activista Chonillo expresó que, guiados por denuncias, conocen que los perros son comprados en mercados de la Sierra, por lo que pidieron a las autoridades que hagan operativos en estas plazas.

El comisario de Salud del Guayas, Jack Dieb, aseveró que se ha tratado de iniciar un expediente administrativo contra los vendedores de animales, pero en algunos casos son menores de edad que han sido puestos a órdenes de la Policía a través de la Dinapen. “Ha surtido efecto porque desaparecen por una temporada, pero luego regresan”. Actualmente elaboran un cronograma con nuevos operativos para erradicar este delito.

En 2004, el Municipio dispuso una ordenanza que regula la protección, tenencia y comercialización  de animales de compañía. En su artículo 20 señala que se prohíbe la venta de animales domésticos en la vía o espacios públicos. “Como ciudadanos, estamos cansados de perseguir a esta gente, de exponernos, de arriesgarnos”, dijo Chonillo.

Édison Villamar, jefe de Zoonosis de la Dirección Provincial de Salud, considera que una de las formas de terminar con la venta ilegal de perros es la supervisión de criaderos.

De acuerdo al Reglamento de Tenencia y Manejo Responsable de Perros, expedido en 2009 por los ministerios de Agricultura y de Salud, la reproducción de perros será responsabilidad exclusiva de criaderos autorizados por la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de Calidad del Agro (Agrocalidad).

Nadia Bajaña, presidenta de la Fundación Amigos de los Animales (FADA), expresó que el tráfico ilegal de mascotas en criaderos sin autorización ha sido detectado en barrios de Guayaquil, como el Suburbio y Guasmo. “Esto continuará, aunque se lo prohíba, porque el comercio ilegal empieza en el barrio”, opinó.

EN FERIA DE CUENCA HAY PERROS EN $ 5

Encerrados en una jaula, donde apenas se pueden mover y alimentar, están cachorros de diferentes razas a la espera de que alguien los compre en la Feria Libre de Cuenca. En este lugar, por un San Bernardo macho de dos meses y medio, la propietaria de un local de comercialización de animales pide $ 200.

Cuando se le consultó a la vendedora sobre la ascendencia del cachorro, dijo que conoce a los padres, pero no tiene documentos que certifiquen su origen. “El perro que yo vendo tiene ese valor. Si usted lo compra con pedigrí, le cuesta unos 400 o 500 dólares”, manifestó.

En medio del diálogo, la mujer recibió una llamada a su celular. “No tengo. Ojalá dentro de unas dos semanas pueda conseguirlo y lo llamo”. Comentó que varios médicos de animales de la ciudad acuden a ella para que los provea de cachorros cuando no los tienen en stock.

En la feria libre de Cuenca hay al menos cinco locales en los que ofertan mascotas de distintas razas. La mayoría no es de raza. Se los conoce como ‘mestizos’ y su costo varía entre $ 5 y $ 10 cada uno.

Martha Parra, cuencana e integrante de la organización Peluditos, quien aseguró que es de conocimiento público la existencia de mafias de venta de cachorros en la feria libre y en la ciudad, hizo un llamado a la ciudadanía para que no compren esas mascotas.