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Análisis de mensajes, una materia que llegará en el 2013

Análisis de mensajes, una materia que llegará en el 2013
24 de junio de 2012 - 00:00

Daniela Salcedo prende su televisor cuando regresa del colegio para ver el mismo programa que viene sintonizando desde hace cuatro años. En la pantalla, un grupo de hombres y mujeres se dedica a deshilvanar el rumor -hasta el hartazgo- del supuesto romance entre un futbolista y una cantante local.  “Lo veo porque es chistoso y me entretiene, además las presentadoras se ponen algunos trajes que me gustan”, dice la joven.

En Ecuador, la televisión nos acompaña, según la encuesta de uso del tiempo, del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos, en promedio una hora y media al día. En relación a este y otro tipo de consumos, la malla del nuevo bachillerato general unificado plantea una nueva opción a los estudiantes, la materia de “Análisis de mensajes”. Los estudiantes podrán escogerla en tercer año de bachillerato, como optativa, desde el año lectivo 2013-1014 del ciclo Sierra.

El director del Bachillerato general unificado del Ministerio de Educación, Freddy Peñafiel, considera que “sería prematuro hablar de una propuesta curricular definida”, pero adelanta que la materia “va a asumir de manera crítica el análisis de todo tipo de mensajes, con un enfoque semiótico”.

“Analizamos el concepto de representación y estereotipo”

Hace una década, en el colegio Liceo Los Andes de Guayaquil, Tina Zerega inició un programa llamado Análisis crítico de medios. Inspirada por los trabajos del investigador colombiano Omar Rincón y por las ideas que plantea Giovanni Sartori en su libro Homo Videns, la profesora creó un programa de tres años, destinado a octavo, noveno y décimo año de secundaria.

En octavo año los estudiantes reciben información sobre lenguaje cinematrográfico: “Trabajamos con cómics y animaciones, porque el cómic ayuda a leer el lenguaje cinematográfico, pero también se presentan discusiones”, señala.

Por ejemplo, en las animaciones aparecen diferentes representaciones de las mujeres. El programa tiene como objetivo “el demostrar que la imagen esconde cosas sobre otros temas, que no se queden solo con la historia, es un concepto abstracto el ver que una historia te puede decir algo sobre los adolescentes, las mujeres y otros grupos”.

En noveno año, los estudiantes aprenden a analizar un texto comunicativo en el marco de un contexto específico, partiendo de ideas planteadas por el lingüista y fundador del análisis crítico del discurso: Teun van Dijk. “Para analizar la relación entre el contexto y el texto utilizamos música, por ejemplo; se puede entender una canción de rock como una producción de determinada tribu urbana con una ideología”, detalla.

En décimo año se analizan los conceptos de representación y estereotipo. Primero le preguntan a los estudiantes qué series están viendo: “La idea es que vean que esta ficción a través de los estereotipos representa una realidad”, explica Zerega.

Los estudiantes han visto -planteando después sus críticas por escrito-: Glee, En carne propia, Dr. House y otras series. “La idea no es que termines diciendo que un programa es malo, sino que más allá de que te guste -por ejemplo consumir En carne propia- sepas que allí hay unas representaciones de clase. Comparando los programas con ciertas realidades o analizando los estereotipos que representan puedes verlos de forma crítica”.

Medios y construcción de ciudadanía

“Pienso que una asignatura en la educación general básica puede ayudar a desmitificar el papel de los medios, no con el ánimo de destruirlos como instituciones, pero sí con el fin de que las personas establezcan  cierta distancia crítica hacia ellos”, considera Héctor Chiriboga, profesor de Teoría de la Comunicación.

Para él, los medios -en términos generales- no ayudan a crear prácticas ciudadanas sino que construyen oportunistas: “Construyen grupos incoherentes, inconsistentes, que ahora están con estos porque obtienen algún beneficio y mañana no están con estos porque el beneficio se los va a dar al de acá”.

La ciudadanía que el sociólogo ve desprenderse de los medios de comunicación es precaria, “la gente tiene egoístamente un poco claro cuáles son sus derechos, pero se los niega al otro que encuentra diferente”, reflexiona Chiriboga.

Tomando en cuenta que la televisión ofrece contenidos “irrespetuosos en varios sentidos: a la inteligencia de los televidentes, a sus creencias, a sus costumbres, incluso a las etnias y preferencias sexuales”. Contar con ciudadanos críticos sería pertinente para Norka Guevara, quien está realizando una maestría en Psicología Cognitiva y aprendizaje en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Argentina. “Estas materias podrían ser espacios de diálogo en los que los estudiantes pueden analizar su entorno inmediato, guiados no solo por un punto de vista”.

Para ella, el cuestionar los medios que se consume “sería pertinente desde una postura más que política, ciudadana, con la que ellos puedan comprenderse a sí mismos como parte de un sistema que para nada debería sorprenderlos dormidos, por el contrario, bien despiertos”.

Guevara hace alusión a que los ciudadanos podrían establecer cambios en su demanda de productos televisivos: “Con una mayor criticidad,  si los contenidos no se modifican, al menos la aceptación pasiva de estos por parte de la población sí disminuiría”, considera.

¿Cuánto saben los maestros?

Peñafiel explica que un número de  profesores (no especifica cuántos) vienen participando en procesos de capacitación en materias como “Lectura crítica” de textos literarios y no literarios, lo que constituye un primer proceso en su capacitación para impartir materias novedosas en el sistema, como la que analizamos.

Chiriboga y Zerega coinciden en que un profesor que dicte una materia de este tipo debería mantener una postura crítica, como práctica diaria. “Considero que este tipo de contenidos no se resuelve en un solo año de ‘cursada’, como al apuro, más bien deberían introducirse progresivamente desde primer año de bachillerato”, considera Guevara.

En su experiencia, llevando la materia de Análisis crítico de medios informativos en bachillerato,  Zerega dice que lo más difícil al realizar este trabajo es separar a los jóvenes de la idea de que “los medios representan la realidad”.

A través de la comparación de tratamientos periodísticos en diferentes medios que representan una misma noticia ella trata de ubicar a los estudiantes en la idea de contrastar fuentes, “entender el periodismo como una narración sustentada en fuentes, hay fuentes mejores que otras y también interpretación y opinión en las noticias” concluye.

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