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La farra en Cuenca se apaga a las 2 de la madrugada

La farra en Cuenca se apaga a las 2 de la madrugada
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
24 de marzo de 2016 - 00:00 - Diana Vera

El ambiente no está muy “encendido”, dicen los farreros cuencanos consultados. Es la media noche del sábado y pocas personas caminan por la plazoleta de La Merced; algunos bares de la Calle Larga lucen vacíos y pocos hacen fila para entrar a las discotecas. “Ya no es como antes”, dice una joven que trabaja en el sector vendiendo comida rápida y  que cree que la poca afluencia de clientela a los centros de diversión se debe a los controles.

Esto incluso se ve reflejado en los sitios de parqueo. Los fiesteros ya no deben dar muchas vueltas para hallar un espacio  y cuando lo hacen reciben la advertencia del “señor cuidador” de que solo hasta las 2:00 vigilarán los vehículos.

Es la 01:00 y los pequeños bares de la Larga siguen desocupados. Media hora después pasa un grupo de extranjeros por una plazoleta, llegan a la esquina y nada les atrae. A esa hora algunos locales ya comienzan a cerrar y la Policía a patrullar.

Es la 01:50 y los taxis aparecen; minutos después la gente empieza a salir de las discotecas. Para las 02:15, la Calle Larga y La Merced, principales sitios de diversión nocturna en la capital azuaya, empiezan a quedarse sin clientes. Algunos siguen con la farra en sus casas.

A diferencia de lo que ocurre en la vía Samborondón (Guayas), cuyos bares y discos cierran cerca de las 3:00, en Cuenca la ley se cumple. “Existen muchas prohibiciones y control”, se queja un joven, quien se refiere a los operativos de la Policía y a la ordenanza municipal que prohíbe el consumo y venta de licor en espacios públicos. En el primer año de vigencia de esta norma la Policía Municipal emitió más de 1.500 boletas a consumidores. La multa para ellos fue de medio salario básico ($ 183).       

A pocos metros de esta zona, en la bajada del Centenario, el único bar del sector luce lleno de clientes, al igual que en los exteriores, en donde incluso algunos se hallan con botellas de licor. Pasadas las 02:20 las personas de este espacio también se van. La situación no cambia en la Remigio Crespo, otra calle de bares y discotecas.   

La fiesta dura un poco más en los centros de la Doce de Abril y Loja. A las 02:24 un mesero sale de una de las discotecas y detrás de él los farreros. “Es mejor respetar, no nos podemos arriesgar a que nos clausuren”, dice el empleado.

Datos de la Intendencia de Policía indican que en este año 33 centros de diversión nocturna han sido clausurados, la mayoría por atención fuera de horario de funcionamiento y expendiendo licor; y 7 por hallarse a menores de edad.

Luis Homero Calle, intendente, explicó que si bien los locales deberían estar cerrados a las 02:00, se otorga cierta flexibilidad. “Cuando uno llega a las 02:30 o 02:45 y ve que no hay la menor intención de cerrar ese local, es otra la situación y se aplica la clausura”, acotó.  

Dueños piden su ‘zona rosa’

Entre los propietarios de bares consultados existe malestar por la no delimitación de las zonas turísticas. Esto ha impedido que puedan ampliar sus horarios de atención, con base en el Acuerdo Ministerial 5910. “Han pasado 8 meses y seguimos esperando que el Municipio lo haga”, dijo Andrés Ugalde, dueño del bar La Parola.

Según Ugalde, desde hace varios meses se registra baja afluencia de clientes, lo que genera pérdidas al sector de entretenimiento nocturno en Cuenca. “Si en mayo del año pasado había unas 2 mil personas laborando directamente en este tipo de negocios, ahora yo calculo que hay unas 960”.

Los dueños de los bares entrevistados aseguran que los jóvenes cuencanos ahora farrean en cantones cercanos como Paute,  Gualaceo, e incluso en Azogues (Cañar), donde dicen los controles son menores.   

Para Mariana Delgado, dueña de otro bar, esto afecta el turismo. “De dos a tres veces ingresan a los locales a pedir documentos”. Ellos esperan que con la delimitación la situación cambie y lleguen más clientes.

Durante esta semana la concejal Monserrath Tello presentó una propuesta de resolución para viabilizar la aplicación del acuerdo ministerial. (I)

Si bien, de acuerdo con el intendente de Policía del Azuay, en la mayoría de casos los bares y discotecas del cantón cumplen con lo que dispone la ley, también hay sitios encubiertos, que pasadas las 02:00 reciben a los farreros por “dos pesos ($ 2)”. En el mismo sector de la Doce de Abril, en Cuenca, una vez que los espacios de diversión nocturna han cerrado, varios jóvenes se acercan a una vivienda para continuar la farra.

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