Pegando con silicona las guirnaldas y envolviendo las luces de colores en la casa de Papá Noel, encontramos a Emilio Alejandro, un electricista de profesión que dejó su labor diaria para dedicarse de lleno a la elaboración del árbol de Navidad más grande de Ecuador, que se levantó a la entrada de Machala.

Él y otros 40 compañeros, entre hombres y mujeres, hicieron un paréntesis a sus actividades cotidianas, desde septiembre pasado, para construir el gigantesco árbol que adorna la ciudad. “Llevo colaborando desde hace 9 años en la construcción de este atractivo. En 2006 fue un árbol pequeño, pero poco a poco lo hemos ido agrandando hasta convertirlo en uno de los más grandes de Ecuador”, cuenta el obrero mientras decora la casa de Papá Noel, que se encuentra a un costado del arreglo.

Alejandro se vale de sus conocimientos de electricista para armar la estructura. Son 27 metros de altura, formados por varios niveles tejidos con pesados hierros, que al final dan la forma a un pino gigante.

Las amas de casas de la ciudad también pusieron su aporte para que los machaleños disfruten de este atractivo. Ellas tejieron a mano las luces de colores que son encendidas por una computadora ubicada dentro del mismo árbol. Durante elpasado noviembre, alrededor de 40 personas efectuaron un trabajo de ‘hormigas’, tejiendo una a una las guirnaldas sobre la estructura metálica, mientras que en los patios del domicilio de Emilia Moscoso (la mentalizadora de este atractivo), algunas mujeres trabajaron en los diferentes arreglos que ahora forman parte de este diseño.

Moscoso comentó que en los filos inferiores de cada piso se colocaron luces led blanco hielo, formando un cintillo brillante cristalizado y que en las puntas definidas del árbol se instaló un total de 78 bombillos metálicos elaborados a mano, diseñados con diferentes proporciones que se acoplaron de forma simétrica y estética; estos fueron recubiertos de chenilla dorada y luz amarilla cálida.

“Son casi un millón de luces las que adornan todo el espacio donde está el árbol de Navidad más grande del país. El año pasado estuvo entre los 5 más grandes del mundo. Para mí es un orgullo contribuir con mi ciudad, para darle colorido a Machala”, resalta la diseñadora de la obra. Agrega que este es un proyecto que, además de la parte turística, genera fuentes de trabajo, para que artesanos orenses demuestren su potencial artístico.

El árbol se encendió el 29 de noviembre. Miles de personas de diferentes cantones de la provincia de El Oro se congregaron.

Uno de los atractivos adicionales es la casa de Papá Noel, construida al estilo cabaña, con un techo que simula estar recubierto de nieve y está iluminada con luces tipo cascada led blanco hielo y copos de nieve. A la entrada de la casa se ubica un sillón, faroles y un árbol de Navidad; en la parte exterior está un trineo rojo de Papá Noel, tamaño natural, conducido por 2 caballos pintados con colores de fantasía navideña.

Presupuesto para su elaboración

Para elaborar el gigantesco árbol, se invirtieron $ 360 mil, según Moscoso. El presupuesto salió del Municipio de Machala. Dinero que también incluye al árbol de Navidad de Puerto Bolívar y el decorado de varias calles de la ciudad.

Muchos machaleños consideran que la obra municipal engalana la ciudad y constituye un lugar para visitar en familia: “Son muy lindas las decoraciones, aunque caras. Los machaleños y sobre todo los turistas merecen ver esa buena imagen que ofrece la ciudad”, comenta Evelyn Loayza, quien llegó de Zaruma para visitar el atractivo.

“El sistema de juego de luces del árbol es computarizado y los cambios se observan de forma secuencial cada 10 segundos. Son alrededor de 15 cambios que la gente podrá observar”, detalló Alejandro, uno de los obreros que participó en la elaboración.

“Esta vez pensamos en los niños, podrán tomarse fotografías con Papá Noel en vivo, tenemos registro de que anualmente nos han visitado unas 40 mil personas, ahora esperamos que sean más”, puntualizó la diseñadora.

Pese a la emoción de los creadores, hay ciudadanos, como Robert Alvarado, que rechazan el elevado costo de la obra y el derroche de energía eléctrica, pues con ese dinero varios barrios periféricos podrían contar con calles en mejor estado. Coinciden, eso sí, en que el árbol da cierta belleza a Machala.