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El Telégrafo
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El estero está ubicado en el sector de Puerto Bolívar, en la provincia de El Oro

Las artesanías con materiales reciclados ayudan a salvar al Huaylá

La contaminación en el estero ha sido uno de los principales problemas que enfrentan los habitantes, quienes deben hacer mingas de limpieza. Foto:  Fabricio Cruz/ El Telegrafo
La contaminación en el estero ha sido uno de los principales problemas que enfrentan los habitantes, quienes deben hacer mingas de limpieza. Foto: Fabricio Cruz/ El Telegrafo
17 de mayo de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Sur

Lo reciclado en el brazo de mar pronto se convierte en artesanías como: aretes, collares, pulseras, sombreros y cuadros. Además de la concha y el caracol, se utilizan elementos como escamas de róbalo, lisa y corvina.

Residuos de gasolina, aceite de motor fuera de borda, botellas plásticas, barcos abandonados, material de pesca y quintales de materia fecal que desfogan en el estero, evidencian la contaminación que se produce en el brazo de mar más grande de la provincia de El Oro.

Se trata del estero Huaylá, ubicado en Puerto Bolívar, donde se ha identificado que a la contaminación se suma la tala indiscriminada del manglar debido a la construcción de muros de concreto para piscinas camaroneras y la instalación de viviendas en las orillas, así lo denuncian grupos ecologistas como el Centro Ecológico de Puerto Bolívar.

Esta organización -liderada por mujeres, esposas de pescadores artesanales que habitan en el salado-ha emprendido una cruzada por la recuperación del Huaylá. “Llevamos más de 7 años de lucha y aún no se logra mitigar la contaminación. Ahora estamos preocupadas porque hemos visto que personas inescrupulosas han talado el manglar para instalar sus casas, también las camaroneras construyen sus muros de concreto y destruyen el poco mangle que nos queda”, dijo muy enérgica Rocío Reinoso, presidenta de la organización.

Según ella, existen 6 muros que han reducido las áreas verdes. “Todo este manglar es área en custodia que nos entregó el Ministerio del Ambiente”, añadió Narcisa Bohórquez, quien habita en la ribera de este estero.

Son 40,69 hectáreas de manglar que custodian 18 mujeres defensoras del ecosistema marino, de ellas, según Reinoso, se ha perdido el 10%. “Han talado un gran orificio a la entrada del Huaylá”, dijo.

Debido a la desaparición de las áreas verdes, los recolectores de concha ya no realizan su oficio a lo largo del Huaylá, pues el molusco se ha perdido, asegura Washington de la Cruz, quien ahora tiene que buscar otras áreas de manglar para llevar el sustento a su hogar.

“Quince años atrás podíamos pescar, veíamos más pelícanos y gaviotas, ahora son muy pocas las especies que vuelan por acá; creemos que es por la contaminación que se ha agravado en el estero”, dijo en su momento Jacinta Pérez, quien habita en el barrio Acapulco, justo al pie del estero.

Según la organización ecologista, los 10 desfogaderos de aguas servidas de los habitantes de Puerto Bolívar y Machala traen como consecuencia el aumento en las concentraciones de materia orgánica y sedimentación.

El mal olor, sobre todo cuando baja la marea, se percibe en las casas y muelles ubicados a la orilla. En sus riberas están asentadas deterioradas viviendas de madera y caña, otras de cemento, atracaderos construidos de forma antitécnica y mucha basura que flota en el canal. “Queremos que el Municipio de Machala realice un proyecto para atenuar la contaminación y convertir al estero en un lugar limpio y turístico. No queremos que hagan parques de cemento en Puerto Bolívar, nosotros queremos que se dé una solución a la contaminación”, dijo Reinoso.

Ella comenta que ya ha habido menores con problemas en la piel. Justamente los lugares más contaminados son aquellos donde se descargan las aguas servidas sin ningún tratamiento. Asegura también Reinoso que el estero Huaylá morirá sino se interviene para remediar la polución.

En su momento, la Dirección Provincial del Ministerio del Ambiente abrió un proceso administrativo en contra del Municipio de Machala, como responsable directo de la contaminación en el estero Huaylá en Puerto Bolívar, y también contra la entonces empresa Tripleoro CEM, por no haber tomado ninguna acción para proteger ese ecosistema.

Mencionó que existe una marginación de las autoridades de turno para afrontar el problema, mediante la formulación e implantación de una Plan de Prevención y Control de la Contaminación de Agua.

El 19 de junio del año pasado el alcalde de Machala Carlos Falquez Aguilar recorrió el brazo de mar y comentó que el tema de la remediación, si bien implicará un alto costo, tendrá que hacerse para rescatar a esa zona importante de la urbe. Sin embargo, ha pasado casi un año y aún no se presenta ningún proyecto para disminuir la contaminación.

Los residentes aseguran que hace más de 10 años podían pescar tranquilamente, esa actividad ha desaparecido en el lugar y ahora solo es un canal de paso para más de 3.500 embarcaciones, la mayoría de pesca artesanal. Las mujeres ecologistas, realizan mingas a lo largo del Huaylá, allí las botellas, redes, conchas, almejas etc. se convierten en hermosas artesanías. Son 10 microempresarias que elaboran aretes, collares, pulseras, sombreros y cuadros. Este proyecto lo impulsan desde 2012, en un principio con el apoyo de la Prefectura de El Oro y del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro).

La concha y el caracol se recolectan a lo largo de la orilla del estero Huaylá y de varias playas de la provincia, pero el trabajo no es bien retribuido. “La mayoría se asusta cuando le decimos el precio. Por ejemplo, un par de aretes puede costar de $ 1 a $ 5; un sombrero o un cuadro están entre $ 50 o $ 70”, explicó. Los artesanos venden sus productos a los turistas que llegan hasta este sitio, pero también a los propios habitantes. (I)

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