Un técnico, un edil y un funcionario municipal consultados por este diario sobre el déficit de vivienda en la capital azuaya coinciden en que es necesario impulsar planes habitacionales para las familias de escasos recursos.

Los tres formaron parte de un encuentro previo al II Foro Urbano Nacional Rumbo a Hábitat III, por celebrarse en Quito en octubre. Fernando Pauta, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca, es partidario de una mejor planificación del Cabildo, con el fin de evitar, entre otras cosas, los asentamientos irregulares.

A su criterio, el problema mayor ocurre en el territorio rural inmediato (cerca del urbano), en donde se produjo un asentamiento espontáneo de familias pobres. “El futuro de Cuenca, las posibilidades de su ordenamiento y de que pueda mantener los estándares de servicios y de infraestructura que ha tenido, se están jugando hoy en día en el área periférica”, aseveró.  

De acuerdo con datos del Plan de Ordenamiento Territorial en la zona urbana el 45,5% de hogares tiene vivienda de su propiedad, mientras que en las parroquias rurales más del 60% habitan en casas propias. Para la edil Carolina Martínez, presidenta de la Comisión de Vivienda, los datos son preocupantes y explicó que a eso se suma la falta de terrenos para proyectos habitacionales.    

Según datos del Municipio, la ciudad tiene unas 700 hectáreas de terrenos disponibles dentro de su área urbana.   

A decir de Carlos Álvarez, director de Control Municipal, la especulación con el suelo y la vivienda se volvió uno de los negocios más lucrativos en la urbe. Acotó que trabajan en una propuesta para facilitar al Cabildo la adquisición de terrenos y que estos puedan servir de interés social.

Otra preocupación de la edil es la construcción de urbanizaciones y condominios. “Están afectando a zonas como las ladrilleras, Racar y agrícolas, como Sayausí”. (I)