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El programa de apoyo incluye dotar a las personas de implementos de trabajo

Doña Digna tiene cocina nueva y volverá a vender encebollado

Digna Alcívar (i) recibió por parte de funcionarios de ONU Mujer su nueva cocina industrial, que estrenará este fin de semana.
Digna Alcívar (i) recibió por parte de funcionarios de ONU Mujer su nueva cocina industrial, que estrenará este fin de semana.
Foto: Leiberg Santos / EL TELÉGRAFO
17 de agosto de 2017 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

Crucita, Portoviejo.-

Por varios años, la venta de encebollados en el sector de Los Arenales, en Crucita, fue parte del sustento de la familia que lidera Digna Alcívar.

Pero su vida cambió el 16 de abril de 2016, así como la de miles de manabitas y ecuatorianos, por el terremoto que dejó un saldo de 671 fallecidos y millones de dólares en pérdidas materiales.

Entre los daños sufridos por Digna estuvo el de su cocina. Para aportar en la economía del hogar, esta mujer de la tercera edad cambió su negocio por la preparación de bocaditos. Pero desde este domingo volverá a tener encebollados de venta (aunque mantendrá los bocadillos) debido a que ya tiene una cocina nueva, industrial.

La ayuda llegó por parte de ONU Mujeres, con aporte de la Unión Europea, mediante el programa “Recuperación de medios de vida para la población afectada por el terremoto del 16 abril de 2016”, que se ejecuta desde hace 10 meses en las zonas donde el sismo tuvo mayor incidencia.

En Crucita, un total de 22 mujeres son las beneficiadas con el proyecto que incluye capacitaciones e implementos de trabajo. Las charlas están a cargo de Byron Álvarez, consultor de la entidad de ayuda internacional, quien indica que los talleres estuvieron enfocados en el emprendimiento.

Los implementos que reciben las personas beneficiadas como parte del programa son de acuerdo al negocio que llevan a cabo. Por ejemplo, doña Digna tenía antes del terremoto la venta de encebollados y recibió una cocina para retomar su actividad. “Así, si una persona es costurera, recibirá una máquina de coser; quienes se dediquen a la venta de pinchagua tendrán congeladores; entre otras ocupaciones”.

La entrega de la ayuda en Crucita la encabezó la uruguaya María Noel Vaeza, directora global de la división de programas de ONU Mujeres, entidad con sede en Nueva York (Estados Unidos).

La funcionaria indica que su visita a Ecuador tiene como motivo ver cómo se desarrollan los proyectos que ejecuta la entidad y conocer de cerca cómo los beneficiarios cambian su vida.

“Fue tremendo escuchar del terremoto en el Ecuador y decidimos trabajar en esta zona con la ayuda de la Unión Europea y con el PNUD. La ayuda fue enfocada hacia las familias que tenían personas con discapacidad y que habían perdido todo”.

Noel Vaeza explica que la evaluación del impacto logrado se hará próximamente, “porque la ayuda continuará. Veremos cómo cambian las familias, porque la mujer cada vez gana más espacio en la economía del hogar”.

Rosa Zambrano es otra de las beneficiarias del programa. Ella se dedica a la venta de bocadillos, con la ayuda de su esposo, Oswaldo Quiroz, quien también es parte del negocio cuando no está en sus labores vinculadas a la venta de pescado.

Ellos tienen 4 hijos y con el esfuerzo compartido los llevan adelante. “A nosotros se nos cayó la casa, lo perdimos todo. Ahora tenemos esta nueva oportunidad para producir y de seguro la vamos a aprovechar”, resalta Zambrano.

De los 23 beneficiados en Crucita, Carlos Anchundia es el único hombre. Su negocio pasó de ser un taller de bicicletas a un local de venta de repuestos. Foto: Leiberg Santos / EL TELÉGRAFO

Carlos Anchundia es el único hombre entre los beneficiarios. Él se dedicaba al arreglo de bicicletas, pero tras entrar en el programa de la ONU ahora también se dedicará a la venta de repuestos.

“La idea es que ahora don Carlos sea un microempresario y también dé trabajo a otra persona para que arregle las bicicletas”, destaca el facilitador Byron Álvarez.

Por su parte, Anchundia expresa que “estoy muy emocionado por la ayuda recibida. Las capacitaciones nos hicieron ver que después de una desgracia tan grande sí es posible salir adelante”.

El programa ‘Recuperación de medios de vida para la población afectada por el terremoto del 16 de abril de 2016’ se lleva a cabo con una inversión de $ 272.849, de los cuales la Unión Europea realizó un aporte de $ 231.922 y los $ 41.927 restantes son parte de los fondos de ONU Mujeres.

Previamente al proyecto, la entidad entregó una ayuda a los albergues de Manabí y Esmeraldas de un monto de $ 160.000.

El presupuesto anual que tiene ONU Mujeres en Ecuador es de $ 2 millones. (I)  

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