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El Telégrafo
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El recorrido abarca cientos de valles, peñas, quebradas, bosques húmedos, montañas y fuentes hídricas

El avistamiento de aves es el principal atractivo de la ruta Kuri Pishku

Los coloridos y fascinantes colibríes son las aves más fotografiadas en la ecorruta. El majestuoso vuelo del cóndor también se roba la admiración de los turistas.
Los coloridos y fascinantes colibríes son las aves más fotografiadas en la ecorruta. El majestuoso vuelo del cóndor también se roba la admiración de los turistas.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
02 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Varias leyendas de la época colonial ecuatoriana cuentan que Rumiñahui, líder de la resistencia indígena contra el imperio español, guardó una cantidad incalculable de oro en la mística, fascinante y poco explorada cordillera del Parque Nacional Llanganates.

Con base en este relato y debido a su influencia en exploradores locales y extranjeros, un grupo de moradores de Píllaro, Patate y Baños, cantones de Tungurahua, decidió en 2010 trazar una ruta que atraviesa esos poblados, lo cual cambia la versión original de la leyenda y demuestra que en las cercanías de las montañas existe un tesoro mucho más valioso que el metal precioso.

Se trata de la Ecorruta de Aviturismo Kuri Pishku, refugio natural para casi 400 especies de pájaros endémicos que conviven en valles, lagunas, bosques y montañas. Está ubicada en ciertas zonas de las provincias de Cotopaxi y Tungurahua.

Con 132 kilómetros, Kuri Pishku es el refugio natural de aves más importante, extenso, biodiverso e inexplorado del Ecuador; y la reserva de gran parte del recurso hídrico del país.

Esto porque aloja varias especies de pájaros únicas, impresionantes y hermosas que solo se pueden avistar a lo largo de este camino, si las condiciones climáticas lo permiten.

En línea recta el recorrido no abarca más de 32 kilómetros. Sin embargo, si se contabilizan las microrrutas que derivan de la principal en los 4 cantones, al menos 100 kilómetros se adicionan debido a que los caminos contemplan montes, valles, ríos y humedales.

Inicio del recorrido

Kuri Pishku inicia en la mística laguna de Yambo, ubicada en el límite provincial entre Cotopaxi y Tungurahua, y avanza por diversos escenarios de los cantones Píllaro, Patate y Baños, en Tungurahua.

Adrián Soria, biólogo de Aves y Conservación, una de las entidades más respetadas en cuanto a protección nacional de flora y fauna, manifiesta que la Ecorruta es una alternativa laboral de los lugareños.

“El refugio ha existido siempre, pues lo conforman parajes naturales, tales como lagos, cuencas, cerros y riachuelos, donde anidan aves que en otro lugar del país no se pueden encontrar. En 2010, nace la iniciativa de habilitar un camino, en el cual los turistas puedan observar el hábitat, características y costumbres de los miles de pájaros que allí anidan y conviven en perfecta armonía, junto con las especies vegetales que les proporcionan refugio y alimento”, dijo.

Los habitantes de comunidades cercanas a la ruta laboran como guías turísticos. Ellos han recibido capacitación de prefecturas y entidades estatales.

Aves nativas

A lo largo de la ruta se puede observar al halcón peregrino y la cerceta aliazul; en la laguna de Yambo al pato torrentero y al colibrí abejero; en río Negro, del cantón Baños, a los gallitos de la peña y 4 especies de loros y colibríes pequeños.

En las partes altas del vecino cantón Patate además habita una de las aves más importantes y conocidas de la fauna ecuatoriana: el curiquingue.
Este pájaro falconiforme, que en la edad adulta se asemeja al cóndor, tiene un pico y patas fuertes, un tono negro azulado, plumaje abundante y era considerado el ave sagrada de los incas.

En el corredor andino de Tungurahua y Cotopaxi, cuando el clima favorece y la suerte acompaña, es posible observar el majestuoso vuelo del cóndor, ave emblemática para Ecuador y las vecinas naciones de Perú, Bolivia y Colombia.

Los aficionados a la fotografía y aventureros que recorren Kuri Pishku quedan fascinados además al divisar varias especies de loros, cuyas tonalidades hacen contraste con los colores de plantas, árboles, arbustos y demás vegetación del páramo, volar sobre las cristalinas lagunas.

En cuanto a flora, la orquídea es la planta más frecuente en la ruta, especialmente en Baños y Patate. En los páramos de Salcedo, en la parte alta de la laguna de Yambo, existe gran variedad de pajonal.

El principal uso que se da a esta especie vegetal es la construcción de tejados impermeables en comunidades locales.

“Además de ser de las plantas que más humedad atrae al suelo, el sigse y el pajonal son utilizados para la impermeabilización de techos en viviendas de la zona. El matorral también sirve como límite entre parcelas pues su espesor forma una enorme pared natural”, señaló Benigno Tamuez, habitante de El Porvenir, comuna de la parte alta del cantón Salcedo.

Origen del nombre

Las palabras kuri pishku, del idioma kichwa, significan “pájaro de oro”. Lorenzo Sandoval, patateño propietario de un hostal, explica que este apelativo fue acuñado debido a la leyenda que pesa sobre el corredor de los Llanganates.

“Parece mentira, pero conozco más de una persona que ha intentado llegar a la zona para encontrar, por lo menos una parte del tesoro que supuestamente Rumiñahui arrojó en las orillas de una laguna, en el Parque Nacional”, dijo.

Con esta designación, se reconoce a las aves como uno de los elementos más valiosos del ecosistema montañoso de los Andes.

Pese a que no existe una estadística exacta del número de visitantes, se calcula que cada año más de 10 mil personas visitan la ruta. 

Los lugareños laboran como guías turísticos

Los habitantes de zonas cercanas a la ruta Kuri Pishku, además de proteger las fuentes hídricas, trabajan como guías turísticos.

Uno de ellos es Francisco Tamuez, morador de El Porvenir, un caserío que abarca el santuario de aves.

“Por mucho tiempo fuimos tan solo espectadores de las visitas de extranjeros. Tras varios esfuerzos de entidades como el Ministerio de Turismo, Ministerio del Ambiente y Prefectura de Tungurahua, los comuneros empezamos a ser capacitados en 2008 en atención al cliente, guía en parques nacionales, manipulación de alimentos, primeros auxilios, orientación en zonas de difícil acceso, y otros temas; por personal especializado”, dijo.

Tras una preparación de 6 meses, los lugareños empezaron a trabajar como guías turísticos, bajo la vigilancia de profesionales del ramo.

“Es una gran satisfacción poder dirigir un paseo por los fascinantes paisajes donde nos criamos y crecimos. Esto significa una entrada extra para los comuneros, quienes debido a varias crisis del sector agrícola, han migrado a urbes cercanas”, aseguró Miguel Tipantiza.

La laguna de Yambo y Pisayambo, en los cantones Salcedo y Píllaro, en ese orden, son algunos de los lugares preferidos por los visitantes. Allí se puede fotografiar a centenares de patos, gansos, loros y halcones, entre otras especies. En Patate y Baños los puntos más visitados son los valles, ríos y cascadas. (I)

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