Desde el 9 de noviembre, la actividad interna y superficial del volcán Tungurahua se ha incrementado de moderada a alta. Así lo informa el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) en su último reporte de seguimiento.

La emisión de columnas de ceniza durante el día ha sido constante desde hace una semana. Por la noche han rodado además rocas incandescentes. Según el último reporte, se registró la expulsión de una columna de ceniza que alcanzó los 4.500 metros de altura sobre el nivel del cráter.

La acción del viento han llevado los bloques de polvo volcánico hacia el lado occidental del volcán, provocando caída del mismo en Choglontus y el Manzano, caseríos de la provincia de Chimborazo,  y varios sectores del cantón Quero en Tungurahua.

Esta situación inquieta a técnicos  y vigías del coloso, quienes temen un incremento aún mayor de la actividad del macizo por las características del comportamiento.

Jorge Totoy, vigía de Palictahua, población del cantón Penipe de Chimborazo, explicó que la ceniza presenta diferentes coloraciones.

“El comportamiento de la ‘mama’ Tungurahua nos preocupa pues desde las 17:00 del pasado lunes no ha parado de expulsar ceniza, gases y producir fuertes ruidos. La ceniza de los primeros días era de una textura gruesa, de color gris y ligera, como siempre, pero en días siguientes el material cambió a una apariencia más vidriosa, pesada y de color rojizo”, dijo.

Este patrón de actividad volcánica -agregó Totoy- no se evidenciaba desde 2010 y varios episodios en 2012, en los cuales fue necesaria la evacuación de poblados cercanos al coloso por un incremento significativo de la expulsión de flujos piro clásticos.

Según informa el IG, los cenizómetros instalados en los alrededores del volcán hasta el 13 de noviembre contabilizaron una densidad aérea en Choglontus de 1.600 gramos de material por cada metro cuadrado, un espesor de acumulación de 1,65 milímetros y una densidad de depósito de 960 kilogramos por metro cúbico.

Pérdida de cultivos

Si bien en Palictahua hay daños en cultivos de maíz, papa, fréjol, entre otros productos, el mayor daño se sentiría en la vecina localidad de Choglontus, donde comuneros lamentan la pérdida total de sus plantaciones.

“No queda ninguna planta en pie pues la caída de ceniza se incrementó desde el viernes y no ha parado hasta hoy. El peso del material tumba las matas de tomate, haba, arveja, y otras, y las calcina”, dijo Ana López, agricultora del lugar.

Al menos 80 parcelas cultivadas más estarían bajo la ceniza, obligando a los comuneros a traer yerba de otros poblados para alimenta al ganados vacuno y ovino.

“Esperamos con ansias que llueva para que se limpien las plantas. Hemos traído caña de maíz de Baños para proveer de alimento a las vacas, terneros y ovejas”, dijo Marcelo Sánchez, morador de Palictahua. (I)