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La orden de los dominicos está en latacunga desde 1549

55 años de predicar por 3 regiones del Ecuador

El padre Dominguito dice que en lc apital cotopaxense no siente frío, pues el calor de la gente es suficiente. Foto: Silvia Osorio / para El Telégrafo
El padre Dominguito dice que en lc apital cotopaxense no siente frío, pues el calor de la gente es suficiente. Foto: Silvia Osorio / para El Telégrafo
06 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Sus rasgos revelan un carácter afable y bondadoso. Así es el padre Luis Domingo Sánchez, considerado el último dominico que reside en Latacunga. La presencia de los religiosos de la Orden de los Dominicos en la capital cotopaxense se remonta a 1549.

El padre Dominguito, como le dicen cariñosamente, nació el 12 de febrero de 1930 en Baños de Agua Santa (Tungurahua). Vive solo en la iglesia de Santo Domingo, que está ubicada en el Centro Histórico de la cabecera cantonal. Este templo fue construido entre 1634 y 1655.

Su labor dentro y fuera del país

“Yo no vivo solo, Dios está conmigo”, pronuncia suave, pero convincentemente, pues recuerda la formación que recibió, cuando era joven, de los sacerdotes de su orden. Ellos lo inspiraron en el amor a Jesús y María. También recibe continuas visitas de sus hermanos en Cristo de otras ciudades cercanas como Ambato y Quito.

Su mirada transparente se inunda de recuerdos cuando juega con los números en su mente para determinar los años que ha servido a Dios como sacerdote.

“Han pasado ya 55 años”, responde con una sonrisa efímera. Pues en el transcurso de ese medio siglo ha vivido en 3 de las 4 regiones ecuatorianas. Compartió con gente de la Costa, Sierra, Amazonía y de otro país. “Estuve 15 años en Perú como parte de la Cruzada del Rosario. También cumplí 3 lustros como misionero en el Oriente.  He pasado por Loja, Cuenca, Ambato y ahora estoy en Latacunga”, conversa el religioso que viene de un hogar numeroso donde fue el primogénito de 10 hermanos.

Para el padre Dominguito la vocación sacerdotal es un regalo divino para llegar a los creyentes con el mensaje de amor y esperanza que tiene la función de fortalecer a los fieles como seres humanos y hacer una sociedad de convivencia, tolerante y pacífica.

En la actualidad pone en práctica su espiritualidad para ayudar a los creyentes a enfrentar el temor colectivo que se generó cuando en mayo pasado, el volcán Cotopaxi entró en actividad.

Tiene experiencia en estas situaciones porque vivió una situación parecida en el cantón Baños de Agua Santa cuando se reactivó el volcán Tungurahua en octubre de 1999.

Algunos testimonios

“En una eucaristía su voz se quebró cuando comenzó a rezar por los latacungueños. Lo hizo para que el volcán se calmara y no produjera desgracias. Mi corazón se acongojó también, no pude contener las lágrimas y creo que otras personas lloraban igual. El padre Dominguito es un ser espiritual”, comentó Adelaida Benavidez, que asiste a las misas que oficia el religioso durante las mañanas.

Esta mujer de 52 años es testigo del cariño que le profesan los latacungueños cautivados por su entrega y su voluntad de servir desinteresadamente a la comunidad. “Quizás es por eso que yo no siento frío en Latacunga. He vivido 5 años aquí y el calor humano me abriga como una frazada suave y permanente”, expresa Dominguito con alegría.

Eso sí, se lamenta por la falta de vocaciones en la juventud. Considera que esto es el reflejo de una sociedad que de a poco va perdiendo el interés por alimentar sus espíritus con la fe y apego al Creador.

La religiosa Graciela Osorio define al padre Dominguito como un convencido de Dios por su manera de ser. “Pese a su pobreza es generoso, tiene una fe muy fuerte y sabe transmitir con sus palabras el mensaje. Cuando alguien está cerca de él se siente armonía en el ambiente”, asegura Osorio.

El padre Dominguito probablemente sea el último dominico en Latacunga, pues cuando él se ausente y si continúa la falta de vocación, la orden dejará de existir en esta ciudad y el templo de Santo Domingo probablemente pasará a manos de otras congregaciones religiosas, con ello se pondría fin a más de 400 años de historia. (I)

DATOS

En 1553 los Dominicos fundaron la parroquia de Baños de Agua Santa, como asiento importante para la acción evangelizadora en la Amazonía ecuatoriana.

En 1581 empezó la construcción del templo y Convento Máximo de Quito, según planos del arquitecto Francisco Becerra. La culminación se efectuó en el Provincialato del P. Rodrigo de Lara (1595-1599).

En el capítulo provincial de 1557 se nombran como conventos formales: Quito (1541), Loja (1548), Cuenca (1557) y hay centros doctrineros importantes en la región de Piura, Guayaquil y Zamora.

Los Dominicos fueron los primeros en recorrer la Costa en 1531. 6 frailes arribaron con F. Pizarro: Reginaldo Pedraza, Alonso Burgalés, Pedro de Yépez, Vicente Valverde, Tomás de Toro y Pablo de la Cruz.

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