Ecuador / Jueves, 16 Octubre 2025

Tres rincones de Quito donde el helado con queso se roba el show

Foto: cortesía
En Quito, el helado con queso no es solo un postre. Es una declaración de identidad. Desde el centro hasta los valles, este clásico ecuatoriano conquista paladares con su mezcla perfecta de dulzura, textura y un toque de sal.

El helado con queso es una de esas combinaciones que solo puede nacer del ingenio ecuatoriano. Mezcla la dulzura de la fruta con la sal del queso rallado y el sabor artesanal del helado de paila. Este postre, originario de la Sierra norte, busca tener su día de celebración, cada 16 de octubre.

Un sabor que une generaciones

El helado con queso nació en ferias y plazas, y con el tiempo se transformó en un símbolo de familia, tradición y creatividad popular. Su equilibrio entre lo dulce y lo salado representa la esencia de la cocina ecuatoriana: diversa, inesperada y llena de historia.

Desde su origen artesanal, este postre ha trascendido fronteras, conservando su espíritu de cercanía y su carácter festivo.

Bogati lidera la propuesta para institucionalizar el Día Nacional del Helado con Queso como una manera de reconocer la innovación y el orgullo por la identidad local. Más allá de ser un postre, el helado con queso es parte del sabor del Ecuador: una tradición que inspira, une y representa al país. 

¿Dónde saborear este postre?

Centro Histórico, tradición en cada paila

El corazón antiguo de la ciudad ses el lugar donde el helado con queso conserva su esencia artesanal. En las calles adoquinadas de La Ronda o San Marcos, los locales pequeños mantienen la receta heredada: leche entera, frutas frescas y la paila girando sobre hielo.
Aquí, el helado no se sirve con prisas. Se raspa, se amontona y se cubre con queso rallado grueso, ese que cruje y se derrite lentamente con el frío. 

La Floresta y La Vicentina, el toque moderno sin perder la raíz

En este sector de la capital, los barrios bohemios reinventaron el helado con queso sin traicionar su espíritu. En cafeterías de autor y heladerías artesanales, el postre se presenta con nuevos giros: queso manaba o andino, helados de guanábana, taxo o mortiño, y presentaciones servidas en copas o conos.

Aquí, el público, más joven, redescubre una costumbre que parecía reservada para abuelos. El resultado es una versión elegante, pero igual de ecuatoriana, del helado que un día nació en una paila de cobre.

Los valles, helado gourmet

Cumbayá, Nayón, Tumbaco y Puembo se han convertido en los nuevos territorios del helado de queso con sello gourmet. El clima templado de los valles convierte al postre en un ritual perfecto para las tardes largas y soleadas. Los sabores más pedidos: naranjilla, frutilla y mora, aunque el de coco con queso tiene su club de fanáticos.

Impulsar el Día Nacional del Helado con Queso es más que una estrategia gastronómica: es una forma de rendir homenaje a un postre que forma parte del ADN ecuatoriano y que sigue demostrando que la creatividad también se sirve fría… y con queso.

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