El acto de fe religioso más trascendente de los últimos años se cumplió hoy en la Catedral Metropolitana de Quito. 107 parejas contrajeron matrimonio eclesiástico en una misma ceremonia que fue oficiada por el Obispo Auxiliar de Quito, Monseñor Danilo Echeverría.

Desde antes de las 11:00, un inusitado movimiento se registró en la Plaza de la Independencia, a donde llegaban los novios acompañados de familiares y amigos, a los que se sumaron cientos de curiosos.

Luciendo trajes de color blanco las novias robaron la atención y aplausos de los presentes, mientras con sus mejores galas futuros esposos no paraban de agradecer, hasta cuando en forma organizada comenzaron a ingresar a la Iglesia. Cada pareja podía hacerlo con cuatro invitados. El resto tuvo que seguir las incidencias de la ceremonia por dos pantallas gigantes que fueron instaladas en la Plaza de la Independencia y otra ubicada en el interior de la Iglesia del Sagrario.

A más de ser una ceremonia de matrimonio masiva, lo que llamó la atención es el hecho de que en el evento participaron parejas con más de 20 años de convivencia, abuelitos de 60,70 y 80 años; madre e hija que recibirán la bendición de Dios simultáneamente, hermanas que se casan el mismo día, convirtiendo a esta ceremonia un testimonio de fe único.

Las parejas participantes se registraron previamente en sus parroquias y se unieron a este proyecto pastoral que busca ser una puerta de amor y misericordia para quienes llevan más de cinco años de convivencia a fin de consolidar la alianza matrimonial, que es la base de la familia y consecuentemente cimiento de toda la sociedad, informó la Hermana Gladys, religiosa de la Catedral

Tras 39 años de matrimonio civil, José Muquinche, de 77 años de edad y María Sánchez, de 86, llegaron al altar para dar fe de su unión ante Dios. Esta fue la pareja de más edad, mientras que la pareja más joven integrada por Fernando Usiña, de 30 años de edad y Pamela Viera, de 24, hicieron lo propio aunque ya estaban unidos por lo civil desde hace ocho años.

“El 23 de abril de 1977 nos casamos en el Registro Civil de Latacunga. Tenemos tres hijos y hemos decidido casarnos porque queremos dar ejemplo y demostrarles a nuestros hijos que este es el camino de Dios que deben seguir”, dijo José Muquinche, mientras su esposa, tomada de la mano sonreía para las fotos.

“Mis hijas me pidieron que me case de blanco, ellas me quieren ver así”, afirmó la novia, mientras su hija Piedad, de 51 años (soltera) le entregaba el ramo de flores. “Es un orgullo para nosotros que nuestros padres de casen y lo vamos a festejar”, señaló.

Pamela Viera, la novia más joven al tener 24 años de edad, reveló que desde hace ocho años tiene su esposo con quien procreó dos hijos. “Hoy el amor nos motivó a casarnos luego de que el Grupo Unidos por Cristo, del barrio Carcelén, informó de este matrimonio en grupo”.

En tono emocionado, Fernando Usiña, calificó como un hecho hermoso y una experiencia única la que están viviendo. “Estoy contento, muy feliz al saber que contamos con la bendición de Dios, el poder dirigir a nuestros hijos como Dios manda”, reiteró.

Con dificultades para subir las gradas de la escalinata por su embarazo de siete meses, Mary Medina, de 35 años, llegó acompañado de su esposo Lenín Aguilar, de 38 años, para contraer nupcias.

“Los dos estamos entusiasmados, pero más mi hija de 11 añitos. Es una doble felicidad porque primero Dios da fe de nuestro matrimonio y segundo, nuestro hijo que está en camino tendrá un hogar bien formado, sostuvo, Mary, mientras que Lenin ratificó la decisión de proteger su familia.

En la Homilía, el Obispo Auxiliar de Quito, Monseñor Danilo Echeverría, expresó su alegría por la unión en matrimonio de las 107 parejas y el regocijo de la Iglesia Católica por el hecho de que más familias cumplan con los mandamientos de Dios.

Amparito Medina, una de las coordinadoras del evento, reveló que 25 parejas más no lograron reunir los requisitos para sumarse al matrimonio de ayer. No obstante adelantó que prepararán otra ceremonia masiva para fines de año.

Tras la liturgia los recién casados se trasladaron a la Iglesia de la Inmaculada Concepción, para hacer una ofrenda a la Santísima Virgen María y realizar la consagración de sus familias y finalmente habrá un brindis general en los patios del Palacio Arzobispal. El festejo individual será en sus respectivas casas. (I)