El fin de semana se evidenció una gran afluencia de personas en los lugares que expenden material escolar y accesorios. Las calles aledañas a estos negocios lucieron llenas de autos y varios conductores no encontraron parqueaderos. A pesar de esta afluencia, los propietarios de las diferentes papelerías prevén que la demanda  aumente aún más en las próximas dos semanas.

Varias fueron las librerías, en el centro y sur de Quito, que se llenaron de clientes. Unos compraban la lista de útiles completa, otros sólo pocos elementos o libros, pero todos hacían largas filas para adquirirlos.

Por ejemplo, en el Centro Histórico, las librerías más visitadas fueron las que quedan a lo largo de la calle Benalcázar, que lucieron llenas. Aquí, largas colas de autos intentaban llegar no solamente a las librerías sino a los Centros Comerciales del Ahorro, por lo que fue común ver la congestión formada  desde la calle Oriente.

Más al sur, los padres de familia buscaban comprar los materiales escolares en una conocida papelería ubicada en la calle Rodrigo de Chávez. La congestión vehicular no fue crítica, pero los lugares para estacionarse faltaron.

Según Fabián Lazcano, encargado del parqueadero de la zona, en años anteriores la demanda era mayor, “hoy no ha venido más gente, los otros años la librería sabe estar bien llena, y la avenida sabe estar con mucho tráfico”, dijo.

Para Édison Torres (comprador), la librería lucía abarrotada, aunque en otros años la gente se aglutina aún más. Él compró material escolar para su librería. Al salir, lo que se le complicó fue encontrar un taxi que lo lleve a su lugar de destino, pues todos pasaban ocupados. Se demoró aproximadamente 20 minutos para que un vehículo le haga la carrera.

Más adelante, en la avenida Mariscal Sucre y Cañaris, existe otra librería visitada por los padres de familia, en cada inicio de clases, por sus módicos precios. La acera estuvo congestionada de vendedores ambulantes, que intentaban ganar algo de dinero vendiendo comida y artículos complementarios a la lista de útiles, como forros de cuadernos.

Según María Beatriz Pallas, comerciante de “cevichochos”, todavía no hay la afluencia de años anteriores, a pesar de que la gente estuvo dentro de la librería atropellándose para que la atiendan. Dijo que en los días de mayor afluencia, las filas de gente salen hasta la acera, en donde aprovecha para vender.

En este sector, elementos de la Policía Nacional salieron ayer a laborar, para evitar robos y brindar seguridad a la ciudadanía. Segundo Salazar, policía encargado del sector, explicó que la carga vehicular de la avenida Mariscal Sucre no ha aumentado, y que no existió más tráfico vehicular de lo “normal”.

A una cuadra más adelante existe otra papelería y librería. Luis García (propietario) coincidió en decir que aún no se registra la demanda de cada año, porque varias instituciones educativas  todavía no entregan la lista de útiles a los padres de familia. Cree que en las dos próximas semanas la demanda aumentará.

Mientras tanto, los lugares de expendio de otros enseres escolares como zapatos, mochilas, blusas, faldas, pantalones, loncheras, etc., también tuvieron gran concurrencia. Por ejemplo, el Centro Comercial de Mayoristas y Negocios Andinos, ubicado en la avenida Maldonado en San Bartolo, al sur, lució lleno.

La fila de vehículos que querían entrar al parqueadero aledaño al centro comercial inició varios metros antes. Allí los clientes buscaban el sitio que ofrecía el precio más barato. Según los vendedores, el lugar no “siempre luce así, sino solo por inicio de clases está repleto”, según expresó Gloria Vicuña.