El violento suceso que estremeció a Quito el pasado 29 de abril, cuando dos hombres fueron arrojados desde el puente de Guápulo hacia el río Machángara, ha sido esclarecido parcialmente por la Dirección Nacional de Investigación de Delitos contra la Vida (Dinased). Según información oficial revelada este martes, el hecho no obedecería a un secuestro, como se presumió inicialmente, sino a un ajuste de cuentas vinculado a una organización criminal.

El incidente dejó un fallecido y un herido. La víctima mortal, un hombre de 27 años, presentaba hematomas y una herida de bala en su cuerpo. Su acompañante, de 31 años, sobrevivió al ataque y fue hospitalizado, aunque ya recibió el alta médica. Ambos son de nacionalidad extranjera y, según la Policía, registran antecedentes penales por robo en 2018.

Inicialmente, el sobreviviente relató que habían sido secuestrados y asaltados cuando intentaban vender un vehículo en el norte de la capital. Sin embargo, tras días de investigación reservada, la Policía Nacional confirmó que las víctimas mantenían vínculos previos con sus atacantes.

“El hecho no se trató de un secuestro, sino de un ajuste de cuentas entre miembros de una organización criminal que comercializaba vehículos de alta gama de dudosa procedencia”, explicó el coronel Galo Muñoz, vocero de la Dinased.

La Policía trabaja ahora en una línea investigativa “muy clara”, con el respaldo técnico y jurídico de la Fiscalía, para esclarecer completamente el caso y dar con los responsables.

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