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Las exportaciones a Europa y Norteamérica también bajaron este año

Los artesanos de mazapán buscan un 'salvavidas'

Berta Suárez agiliza, junto a su hija Paola, la elaboración de figuras para Finados y Navidad.
Berta Suárez agiliza, junto a su hija Paola, la elaboración de figuras para Finados y Navidad.
Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
22 de octubre de 2016 - 00:00 - Wilmer Torres Peña

El foco principal del comercio en la parroquia Calderón es la calle Carapungo. Esta vía ‘enloquece’ todos los días con las ventas informales, el tránsito vehicular, el turismo, las tiendas, la asistencia a la iglesia, al parque y un sinfín de elementos más.

Hay tantos obstáculos en las aceras de esa calzada, que resulta difícil apreciar en detalle  lo que ofrecen los negocios. Esto empeora cuando estos se ubican dentro de callejones, aislados del incesante movimiento de la vía.

Esa es una de las causas para que los negocios de figuras de mazapán, una tradición artesanal de Calderón, sean invisibilizados y algunos desaparezcan, de manera paulatina. En 2010, por ejemplo, existía una veintena de locales en la calle Carapungo; sin embargo, ahora no existen más que 2 o 3.

Por un callejón cercano al Centro Infantil del Buen Vivir (CIBV) y al mercado central, se ubican 29 locales, cuyos propietarios se resisten a darse por vencidos. La mitad opera durante la mañana y el resto lo hace en la tarde. Esa dinámica, sin embargo, no garantiza las ventas.

Por ejemplo, la mañana del jueves pasado, 5 personas ingresaron a uno de los negocios. Curiosearon por un rato, pero solo una compró un artículo ($ 1).

Para promover el comercio y darse a notar, los integrantes del Centro Artesanal Mazapán, colocan un anuncio en la parte exterior. Pero debido al movimiento que existe, el rótulo metálico se pierde con facilidad. También instalan un parlante del que sale música chicha, reguetón y salsa, pero tampoco despierta interés en los transeúntes. “Los policías metropolitanos nos quieren multar por usar el parlante”, se queja Paola Lanche.

Javier Oyagata, de 35 años, disc jockey del espacio comercial, coincide en que el lugar es poco visitado.  “La mayoría de locales pasan con sus puertas cerradas”.

Berta Suárez, de 45 años, es más optimista y asegura que los negocios se cierran debido a que sus dueños trabajan elaborando las figuras en casa. “Nos preparamos para la época de finados y Navidad, cuando tenemos más demanda del producto elaborado con harina de comer”.

Quienes no pueden laborar en sus domicilios, lo hacen en una sala, donde funciona un taller artesanal.

Amparo Heredia, de 49 años, limpia junto a su amiga Mariana de manera minuciosa, al menos 100 nueces, elementos que les servirán para fabricar el mismo número de “nacimientos”.

Para construir estas figuras, también usan la cáscara del ishpingo, el anís estrellado y la canela. “Cada producto tiene un costo de $ 1,50”.

Las exportaciones disminuyeron

José Lunche, presidente de la asociación, acusa a la crisis económica de la baja demanda, incluida la internacional, pues estas artesanías tienen mayor venta afuera del país, especialmente en Europa y América del Norte.

Explicó que durante 2015 exportaron a Canadá y Francia 60 mil piezas de mazapán. Agrega que este año el envío disminuyó 70%. “Los proveedores no nos han buscado”.

María Suárez (aclara que no es pariente de Berta), otra productora y comerciante, señala que cuando hay muchos pedidos, los agremiados se reúnen y se dividen el trabajo entre todos los artesanos. “El único requisito para participar en la elaboración de figuras para que sean exportadas, es abrir todos los días”.

El presidente de la agremiación insiste en la búsqueda de nichos de mercados para mejorar las ventas.

Pide al alcalde Mauricio Rodas que intervenga el sitio y mejore  las instalaciones. “No puede ser que los artesanos de Calderón sigamos en un espacio que no ofrece las garantías para vender más”.

Isabel Bejarano, presidenta de la Junta Parroquial de Calderón, manifestó que mientras no se proporcione un sitio adecuado, los artesanos “siempre tendrán el problema de las ventas”.

Según la dirigente, hace 2 años solicitaron a la Administración Zonal y al Municipio que intervenga el lugar. “Nosotros tenemos los recursos para este proyecto”.

Lanche, representante de los artesanos, reconoció el apoyo de la Administración Zonal para promover actividades culturales. Una de ellas será Feria Artesanal de Mazapán 2016, que se efectuará desde el 2 de noviembre, en el mismo centro de comercio.

Jorge Tipán, quien es el único artesano que vende artículos de cuero y madera, afirma que necesitan del apoyo de las agencias y guías de turismo. Recuerda que hasta hace 4 años el sitio era muy concurrido por grupos de viajeros, especialmente extranjeros.

Ángela Gutiérrez, guía cultural, objeta que tanto el lugar específico como la zona de Calderón no prestan las seguridades necesarias. “Antes llevaba a ‘gringos’, principalmente. Pero sufrían robos de cámaras y celulares. Así no podemos ayudarnos”. (I)

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En 1938, Margarita Reza Povea les dio la forma actual a las artesanías que se fabrican en la parroquia Calderón como una variación de las guaguas de pan que se elaboran para la época de Finados. El producto se transformó en la materia prima de una actividad que se exporta a países de todo el mundo.

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