Washington Bayas lucía sereno este martes en la sala de espera del servicio de emergencias del hospital Eugenio Espejo, en Quito. Incluso no dudaba en atender a la prensa que se acercaba para consultarle sobre el estado de su sobrina Josselyn.

La menor de 17 años es una de las víctimas del accidente de un bus de la Flota Pelileo, ocurrido la tarde del lunes, en la vía entre Papallacta y Pifo, que dejó como saldo 4 personas fallecidas y 26 heridas; 7 de estas ya recibieron el alta.

Una de las víctimas mortales es Ángela Narcisa, hermana de Washington, quien regresaba a la capital junto a su hija desde Tena (Napo), a donde habían viajado aprovechando el feriado de 3 días para visitar a unos familiares.

El hombre relató que fue el primero de la familia en recibir la noticia del siniestro, pues una persona que no se identificó encontró su número en el celular de su hermana y le comunicó del incidente.

Sospecha que se trataría de uno de los ciudadanos que colaboraron voluntariamente con las autoridades en el rescate de las víctimas del incidente. Ayer, el teléfono móvil había sido devuelto en el departamento de Criminalística de la Policía en Quito.

El hombre contó que solo pudo viajar a Quito desde Puyo (Pastaza), donde reside, en la madrugada, debido a que por el retorno del feriado no podía conseguir boleto.

Hasta el mediodía de ayer, Bayas desconocía de un diagnóstico exacto sobre la situación de Josselyn. Las únicas noticias que tenía eran las que le había proporcionado su esposa, quien pasó unos momentos junto a la muchacha.

Por su pareja, el ciudadano originario de Milagro (Guayas) conocía que su sobrina presentaba cortes en varias partes del cuerpo, incluida una profunda herida en la frente. Además, que sus facciones son irreconocibles, a consecuencia de las magulladuras e hinchazón.

El guayasense afirmó que él y sus familiares sospechan que la menor podría tener una conmoción cerebral, pues en sus momentos de conciencia no muestra total lucidez.

Mientras tanto, aguardaba coordinar con sus otros hermanos y con el hijo mayor de la fallecida, quien no viajó a Napo, para decidir sobre la velación y el sepelio de Ángela Narcisa.

Por otro lado, familiares de otros pasajeros y sobrevivientes del percance hicieron conocer sus versiones sobre las posibles causas.

Sospechan que el exceso de velocidad no habría sido el motivo, como se suponía en un principio, sino una falla mecánica.

Karla Santillán, quien viajaba en la unidad accidentada y resultó ilesa, aseguró que el bus habría perdido los frenos y que incluso fueron advertidos de ello por el conductor (uno de los muertos). “Nos dijo que nos fuéramos hacia atrás porque se encontraba sin frenos. Intentó controlar el bus golpeándose con una peña, pero el impacto hizo que nos dirigiéramos hacia el otro lado”, narró la mujer, cuyo esposo es uno de los heridos.

Mientras tanto, se conoció que 4 infantes, entre ellos una bebé de 8 meses, están asilados en el Hospital de Niños Baca Ortiz.