Entre la tarde del domingo y la mañana del lunes, 3 adultos y 4 niños resultaron heridos con quemaduras de segundo y tercer grado a causa de explosiones provocadas por la acumulación de gas licuado de petróleo (GLP) en domicilios.

Ambos casos ocurrieron en el norte de Quito durante la preparación de alimentos. El primer incidente tuvo lugar en las calles Eloy Alfaro y Manuel Ambrosí y el segundo en el Comité del Pueblo.  

Los menores fueron trasladados al Hospital Pediátrico Baca Ortiz; uno fue dado de alta ayer; el resto está en observación. En cambio, los 3 adultos (2 mujeres y un hombre) fueron llevados al Hospital Eugenio Espejo. 

Según los primeros peritajes realizados por técnicos del Cuerpo de Bomberos, la explosión de ayer se habría producido porque se había colocado una piedra sobre la válvula de conexión.

Cristian Rivera, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) Metropolitano, dijo que esta práctica es recurrente y que la gente la usa para consumir hasta la última reserva de gas o para controlar que la válvula no ajusta correctamente.

Añadió que hay otras costumbres como colocar las bombonas boca abajo, incluso sacudirlas. “La gente no se da cuenta que por esas prácticas se ahorran solo $ 0,10 a cambio de poner en riesgo su vida y la de los suyos”, comentó.

Rivera desmintió que se distribuyan cilindros con fallas para obligar a las personas a comprar cocinas de inducción. “Este es un tema que se ha dado todo el tiempo y es un asunto de prevención”, dijo.

Estos casos no son aislados. En marzo de este año se registró otra explosión por una bombona de gas en el sur de Quito. Y en diciembre pasado hubo una explosión en la avenida Eloy Alfaro y Portugal (en el norte), en un edificio con sistema de gas centralizado. Este hecho causó la muerte de una persona.

Fausto Hidalgo, jefe de Seguridad y Riesgos de la Administración Zonal Eugenio Espejo, estimó que entre enero y mayo se registraron 39 casos de explosión por GLP y más de 12 fugas en varios sectores. (I)