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20 mil plantas se sembraron ayer

20 mil plantas se sembraron ayer
28 de octubre de 2012 - 00:00

Con palas, pico, azadones y barras llegaron estudiantes, voluntarios y personas de las comunidad a la Mega Minga de Reforestación, organizada por el Municipio, para sembrar 20 mil plantas en las áreas afectadas por los 2.500 incendios forestales ocurridos durante el verano. “Es una tarea de todos ayudar  a recuperar la naturaleza”, expresó Luis Cumbal, morador de Carapungo.  

Desde las 07:30 se podía observar a estudiantes dirigirse a sus instituciones educativas con utensilios de siembra. Por ejemplo desde el sector de La Magdalena, de a poco iban subiéndose al transporte público estudiantes del colegio Montúfar, en el sur. Unos llevaban palas,  otros escobas y  fundas de basura. Michael Wapi, de segundo de Bachillerato, contó que el objetivo es cuidar a la ciudad  y apoyar al Municipio con la actividad, que debe realizarse en todos los hogares.

Los jóvenes no solo ayudaron en la plantación de árboles nativos, sino también con la limpieza del colegio, sobre todo en alcantarillas y sumideros, para evitar estancamientos de agua durante la época invernal.

En el norte, en el relleno de Zámbiza, estudiantes y voluntarios llegaron a las 08:20 para iniciar con la labor de reforestación.  Lo primero fue recibir indicaciones por parte de las autoridades ambientales del Cabildo, quien primero les agradeció por acudir a la convocatoria. Luego les enseñó cómo se realiza la siembra. El agujero donde va la planta tiene una profundidad de 30 centímetros, esto le permite una buena oxigenación.

Después de la indicaciones, se formaron grupos de ocho personas. Con una barra Jorge Batiojas inició con el primer agujero central y a dos pasos de distancia   se determinó que iría  el siguiente hoyo.

El objetivo fue formar  una telaraña. El primer árbol que plantó este grupo fue un Tilo, los encargados de sembrarlo fueron dos niños de tres  y cinco años. Ellos son hijos de Batiojas, un voluntario que llevó a su familia para la reforestación.

El hombre relató que sus hijos se divirtieron en la actividad, que no le molesta que se ensucien, pues al contrario su objetivo es que interactúen con la naturaleza y  “desde pequeñitos sepan cuidar el planeta y no les dé miedo colaborar, de esa manera se formarán como hombres de bien”.  

En el lugar se plantaron 3 mil árboles nativos, entre ellos: tilo, cholán, algarrobo, alisos, yalomán, arrayán, toctes, moyes y  otros. En Zámbiza se quemaron alrededor de cuatro hectáreas de vegetación.

Más al norte de la ciudad, en Carapungo, el ambiente era animado por un discomóvil. Los jóvenes de varios colegios como: Luxemburgo y Bellavista, iniciaron la labor a las 08:00.

En la etapa E de Caparungo las llamas consumieron alrededor de dos hectáreas de vegetación. Allí colaboraron estudiantes y moradores en la reforestación.

Con música de fondo los chicos iban cavando los hoyos para las plantas. Ya a las 10:00 muchos habían cumplido su objetivo de sembrar, por lo menos tres árboles cada uno.

Andrés Morales, del colegio Luxemburgo, relató que la actividad  fue una forma  de ayudar a la naturaleza. Además, con la música y la compañía de sus amigos fue “más divertido sembrar”, expresó. Él  era el encargado de cavar los agujeros y luego sus compañeras ponían los árboles y los regaban. “Lo complicado fue remover la tierra, porque es muy compacta y, sobre todo, había muchas piedras que hacían que la pala se resbalase”, dijo Morales.

La docente del colegio Bellavista,  María Almache, contó que lo que  pidió,  en la mañana en oración a Dios,  fue que lloviera para que los árboles recibiesen agua y  sobrevivieran.    No solo los estudiantes plantaron, sino también los moradores del sector. Eliza Gonzalón, moradora, acudió al llamado con sus dos niñas, de 9 y 11 años. Además llevó a dos de sus vecinas. “Todos tenemos que apoyar en la labor porque este es uno de los pocos lugares verdes que tiene Carapungo”, expresó.

Luego de la ardua labor todos recibieron un refrigerio.  

La reforestación tendrá un seguimiento

Marco Hurtado, de la Secretaría de Ambiente del Municipio, explicó que la reforestación no se trata solamente de plantar y dejar que los árboles crezcan solos, sino que se les dé un seguimiento para regar  agua, verificar si una planta no creció, volver a sembrar  y hacer la limpieza para que la planta pueda desarrollarse.

Los encargados del cuidado serán los estudiantes voluntarios de las instituciones educativas, que visitirán  cada semana el área reforestada.

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