Publicidad
Entrevista / Pablo Lucio Paredes / expresidente ejecutivo del banco continental
“Mi función no era chequear las irregularidades” (Video)
¿Cuál era la situación cuando usted asumió la dirección del Continental?
La asumo en 1996 cuando la economía y el sistema financiero estaban golpeados por la guerra con el Perú, un evento inesperado que sacude las economías en cualquier parte del mundo.
En ese año el Continental pasó a manos del Banco Central del Ecuador (BCE), el cual me pidió que los ayudara durante unos meses porque el gobierno (de Sixto Durán Ballén) ya se acababa y querían que generara una cierta confianza para que el Continental siguiera funcionando y preservando los depósitos de los clientes. Esos eran los objetivos del proceso que el BCE inició con la investigación legal y que culminó ahora, 19 años después. Se cumplieron los propósitos.
¿Cómo se utilizó el dinero del crédito subordinado?
Qué pasó con el Continental es un tema que solo pueden responder las autoridades de la época y los jueces que emitieron un fallo recientemente. Hay que estar claros que para eso existen los jueces en una economía de mercado, entonces a ese nivel deben analizarlo. Una persona encargada de manejar la institución, como yo lo hice, está ayudando a transparentar y generar confianza, para preservar los depósitos de las personas. De allí la decisión que se tomó más tarde de fusionar al banco con el Pacífico (año 2000). Ahora no lo recuerdo, pero era un banco que estaba funcionando. Mi rol era ser transparente y ayudar a que la justicia cumpliera su rol.
VIDEO
¿Por qué salió del cargo?
Porque quedamos en que estaría unos meses. Yo tenía otras actividades personales, en esa época era dueño de la revista Ekos (1994-2000), pero creí que mi deber como ciudadano era poner mi modesta imagen y mi modesto trabajo a disposición del BCE, pero sobre todo de los depositantes del banco que podían tener cierta confianza con tal o cual persona.
En el tiempo que estuvo al frente del Continental, ¿halló alguna irregularidad?
Chequear las irregularidades no era mi función, nadie me nombró para eso. El encargado era el BCE, que era el dueño, indirectamente el Gobierno (de Sixto Durán Ballén) y la justicia, a la que se le fue dando información. Mi rol era ser transparente con el BCE, con el país, facilitar las investigaciones y lo fui. Pero las decisiones posteriores fueron de los dueños, en este caso el BCE. La justicia acaba de dictaminar que sí hubo irregularidades. Y si en alguna actividad, pública o privada, hay irregularidades hay que sancionar en 1 o 20 años.
¿Qué opinión le merece la Ley de Instituciones Financieras que regía en ese momento?
Creo que es una mala interpretación pensar que toda la crisis de 1999 se debió a una ley y que lo que ocurrió en 1995 y 1996 era un tema vinculado a la ley de 1994 porque se dice que allí nacen los créditos vinculados entre banca y grupos empresariales. Eso está alejado de la realidad, primero porque esa relación nace en los 80 en Ecuador y es imposible pensar que iban a consolidarse en 4 años esos grupos. La verdad es que la crisis de 1995 y 1996 se debió a la guerra (del Cenepa) y no hay más vueltas que darle. Sin guerra no habría existido la crisis. Y la de 1998 y 1999 se debió a una mezcla de factores y a la banca debilitada. Además, en una economía con dos monedas, que la una se devalúe frente a la otra tiene un efecto negativo en el sistema financiero, y allí la dolarización fue positiva... Hubo operaciones fraudulentas de los banqueros y por eso quebraron, pero para eso está la justicia y tendrá que sancionarlo. (I)