Después de consagrarse a nivel mundial, la colombiana Caterine Ibargüen se llevó el oro en triple salto, mientras otra figura que llegaba con buen nivel a los Panamericanos, el esgrimista venezolano Rubén Limardo, empuñó su espada hasta lo más alto del podio.

El atletismo en pista y campo no defraudó en su estreno en estos Juegos e Ibargüen dejó pronto la tarea cumplida gracias un brinco de 15,08 metros, que de paso pulverizó la marca de los Juegos (14,92 m), establecida por ella misma en Guadalajara 2011.

La ‘Pantera Negra’, de 31 años, que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y es la actual campeona mundial de triple salto, no tuvo rivales en la defensa de su corona panamericana entre las competidoras que se presentaron en el flamante Estadio Panamericano de la Universidad de York. “No me sentí muy bien en la carrera al principio, pero se logró el oro para Colombia, que es lo principal”, aseguró la saltadora.  

Ibargüen ya había asegurado el oro desde su tercer brinco de 14,74, pero luego de hacer otro de 14,88 iba a renunciar al sexto intento cuando su entrenador le exigió tomarlo, para entrar en la historia.  

Otro de los protagonistas de la jornada fue el venezolano Rubén Limardo, que espada en mano se cobró su cuenta pendiente con los Juegos Panamericanos.      

Con el oro olímpico que se llevó de Londres 2012 aún brillando en su currículum, el subcampeón mundial de espada individual logró por fin el título continental que se le escapó hace cuatro años en los Juegos de Guadalajara.

Limardo, de 29 años, se colgó la medalla dorada al ganar ampliamente al argentino José Domínguez por 15-6 y se consolidó como uno de los esgrimistas más en forma de cara a los Juegos de Río 2016.

Fue una jornada fructífera para el país sudamericano, que sumó otro oro, gracias a la veterana Rosa Rodríguez, vencedora de la prueba de lanzamiento de martillo. Con estas nuevas conquistas, Venezuela suma 29 medallas, 5 de ellas doradas. (I)