Los partidos de exhibición y las charlas técnicas a niños sacan de Nicolás Lapentti el tenista que lleva dentro, ese que guardó en 2010 obligado por una lesión crónica de tendinopatía rotuliana en la rodilla izquierda.

Su sonrisa por momentos es como la de los niños que llegan a las canchas del Club El Condado para sus ensayos habituales.

Al coger la raqueta, ‘Nico’ le pone una solemnidad parecida a la de Ulises al tomar el arco tras retornar a Ítaca para recuperar su trono (poema La Odisea). Lanza el primer ‘flechazo’. Los niños, 20 aproximadamente, se encolumnan, cada uno intercambia 10 pelotazos con él.

“Aunque el golpe se da con las manos, en él participa todo el cuerpo; el movimiento de piernas es muy importante y la mano que no utilizamos nos ayuda a recibir la bola”, les indica.

Viernes, 2 de marzo de 2018; son las 16:30 y Lapentti transmite las enseñanzas que algún día desea compartir con sus hijos Victoria de cinco años y Nicolás de tres. Disfruta mucho cuando instruye a los chiquillos, en este caso a los de Quito.

Su presencia en la capital obedece a la ‘Copa Nicolás Lapentti’, que se realiza anualmente en el citado club y que cuenta con el respaldo de la entidad y del Team Herbalife. Con 41 años en su humanidad, Lapentti, el mejor exponente ecuatoriano en la historia de la Copa Davis, también tiene algo que compartir con Diario El Telégrafo.

¿A qué se dedica desde que se retiró del tenis profesional?

Tengo una productora de televisión, hacemos eventos deportivos. Con la familia tenemos un proyecto inmobiliario que se llama Bahía Muyuyo (a una hora, 15 minutos de Guayaquil). Tratar de mantenerme activo, estuve como presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis (FET) durante algunos años, sigo ahora en el directorio como vocal aportando en lo que más se pueda. Intentando que en el desarrollo de los niños surjan más tenistas.

¿Es Digital Plus la productora de televisión de la que habla?

Era socio de ella, justamente con el ‘Chino’ Pérez; lamentable que haya fallecido. Ya hace algunos años estábamos separados, pero la marca Digital Plus era del ‘Chino’, con la que comenzamos juntos. Yo aprendí muchísimo de él, una persona que fue muy apasionada en el deporte y les enseñó bastante a muchas personas. Mi empresa se llama Play On Media.

¿Cómo nació la idea de venir y compartir algo de sus conocimientos con estos niños en el Quito Tenis y Golf Club?

Todo arranca con la Copa Nicolás Lapentti, ya son cuatro o cinco años que se la hace en El Condado. Se juegan torneos de mujeres y de hombres; la categoría abierta con tema económico. Y siempre están los niños, quienes se me acercan, me hacen preguntas. Así nació la idea de hacer estas clínicas.

¿Qué piensa de la actualidad del tenis local, cuántos años tomaría un proceso para que otro ecuatoriano esté en el top ten de la ATP, así como su tío Andrés Gómez y usted?

Es difícil decirlo, hay muchos jugadores que tienen pasta para ser buenos tenistas. Algunos no tienen la mentalidad, otros no cuentan con el apoyo económico. El tenis es un deporte caro, que a partir de los 15, 16 años de edad se necesita invertir para seguir. Hay que viajar, hay que competir, foguearse internacionalmente. Muchos chicos optan por una beca universitaria y se retiran.

Pero el progreso del tenis en el país ¿Es netamente cuestión de dinero o de otros aspectos como la voluntad política, la gestión de los directivos?

La FET es un ente que no cuenta con muchos recursos y en Ecuador es difícil levantarlos para deportes que no sean el fútbol.

La decisión política también es importante, pero en este caso lo más importante son los fondos, si no hay fondos no puedes hacer gestión.

Hay la infraestructura necesaria, pero sin recursos es difícil.

¿Se podría armar un proyecto con el apoyo de la empresa privada para hacer un semillero y años más tarde tener representantes de alto nivel?

Se puede. Nosotros intentamos comenzar un semillero junto con el Ministerio del Deporte y la Federación Internacional de Tenis (ITF), lastimosamente solo duró seis meses, justamente, por un tema económico. Si los semilleros no son a largo plazo no sirven de mucho, porque si arrancamos con niños de 8 a 12 años necesitamos que estos proyectos duren 6, 8, 10 años para ver los frutos.

¿Qué nuevos jugadores hay, a quiénes hay que darles el apoyo para que sus talentos perduren?

Álvaro Guillén es una de las promesas, Mell Reasco, que ahora vive fuera del país; son los que están despuntando, de allí siempre hay buenos jugadores, pero son muy pequeños.

No sirve de mucho ser campeón nacional, sino más bien competir en el exterior y tener buenos resultados.

Usted integró los equipos que llevaron a Ecuador al Grupo Mundial de la Copa Davis en 2000 cuando se le ganó a Gran Bretaña en Wimbledon y en 2009 cuando se derrotó a Brasil en Porto Alegre ¿Qué le marcó de estas hazañas?

La de Inglaterra fue la más importante, nadie confiaba en que se podía ganar; la situación de jugar en césped, de estar en Wimbledon contra un equipo inglés que era fuerte y, además, por el último punto que lo ganó mi hermano (Giovanni) de la manera como lo logró: iba perdiendo dos sets a cero y terminó ganando 3-2 ¡Es un recuerdo inolvidable!

Fue sexto en el ranking de la ATP en 1999 y es el jugador que tiene más partidos ganados a cinco sets en la historia de la Copa Davis ¿Esta estadística pesa en su vida de alguna manera, es un orgullo?

Las dos cosas. Puede pesar bastante, tiene que ser como una motivación, los chicos deberían superar ese tipo de metas.

Lo que logramos primero Andrés Gómez y después yo no fue sencillo, pero no es imposible.

Usted ganó a algunos jugadores top ten: Rafael Nadal, Lleyton Hewitt, Juan Carlos Ferrero, David Ferrer, Magnus Norman, Nikolay Davydenko, Yevgeny Kafelnikov, Gustavo Kuerten, Greg Rusedski, Jiri Novak, Alex Corretja, Tim Henman, Carlos Moyá, Marat Safin, Karol Kucera, Stanislas Wawrinka... ¿Cuál de esos partidos es el que más recuerda?

Algunos, haberle ganado a Kafelnikov fue un gran triunfo, el haberle ganado a Hewitt, creo que era el dos del mundo en ese momento. También cuando vencí a ‘Guga’ Kuerten, que estaba entre los mejores del mundo. Todos esos partidos tienen su esencia, su valor.

De allí haber estado entre los mejores durante algún tiempo es algo que después de los años se va asimilando mejor y se va dando cuenta de lo importante que fue.

¿El estilo de quién le gustaba?

Siempre admiré mucho a Iván Lendl; no alcancé a jugar con él, pero fue un ídolo para mí. Después con los que yo jugué, admiré mucho a Sampras y también a Federer.

¿Qué le quedó pendiente?

Ganar un master series, un Grand Slam y llegar a ser el número uno del mundo, ya cuando estás está en el top ten esa es la próxima meta.

En su época la prensa rosa lo tenía como un símbolo sexual ¿Cómo lo tomaba usted?

Es parte de ser una figura pública, yo prefería que se hable de mí por el tenis, más que por otra cosa; son cosas que se dan un poco de la mano y simplemente escuchaba. No había por qué sentirse mal, pero no era a lo que yo le daba más importancia. (I)