Ocho de los 38 deportistas que participaron en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 consiguieron meterse entre los 10 mejores de sus competencias. Uno de ellos fue la pesista Alexandra Escobar, de 36 años, quien se ubicó en el cuarto puesto en su categoría (58 kilos). La deportista entrena en Esmeraldas.

¿Se siente orgullosa por el cuarto lugar conseguido en Río?

No. No soy conformista, me siento mal porque no cumplí. En mi expectativa estaba conseguir al menos la medalla de bronce. Muchas cosas  influyeron para lograr ese objetivo. Fue un trago dulce y amargo. Cuando quedé quinta, séptima y octava no me sentí tan mal como ahora, si hubiera entrenado un poco más lograba la medalla. Faltó un poquito.  

¿Qué fue lo que influyó?

Se me dislocó el hombro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y el tiempo de recuperación fue largo, estuve sin entrenar 4 meses. Logré el cuarto puesto en Río con marcas que ya había hecho, no tuve tiempo de recuperarme bien. No tenía dolencias, sino miedo, luego que se te disloca el codo no es fácil retornar a la competencia. Pasó con el aspecto psicológico. Recibí ayuda profesional, pero es un poco difícil quitarte eso de la mente. Eso ya pasó, lo he superado, seguiré adelante. Todavía tengo fuerzas, no he pensado en el retiro.

¿Todavía no descarta su participación en Tokio 2020?

Hay que ver en el camino si voy para Tokio 2020. Aún no está en mi mente el retiro. Mi prioridad al momento serán los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia, y los campeonatos mundiales de pesas. Voy a prepararme de la mejor manera para empezar con pie derecho, y estar en el podio al cual siempre he estado acostumbrada.

¿Tiene el apoyo de su familia para seguir en este deporte?

Mi familia siempre me apoya. Mi hijo ya tiene 10 años, pero comprende que este es mi trabajo y lo hago por el bienestar de ellos. De igual manera es importante el apoyo de mi esposo. Esperemos estar nuevamente junto con el Plan de Alto Rendimiento.

¿Cuánto tiempo le dedica al entrenamiento?

Entreno cerca de 5 horas al día en dos jornadas. Mis días libres -cuando no estoy concentrada para alguna competencia- se lo dedico a mi familia.

La vida de un deportista es bien sacrificada, no crean que solo comemos, dormimos y entrenamos. No es fácil. Dejas a tu familia por mucho tiempo, a veces no te dan ganas ni de comer de lo cansado que regresas de los entrenamientos. Ya tengo 5 años que no voy a fiestas. Mi vida es sana, no bebo, no fumo, lo mío es entrenar y descansar lo más que se pueda para recuperar fuerzas. Hay muchas personas que nos ven a los deportistas como un ejemplo, eso es muy gratificante.

Así como hay gente que te critica por no alcanzar buenos resultados, hay otras que sufren incluso más que ti cuando compites. A mí me han dicho: Yo lloré cuando usted ganó. Esa es una sensación indescriptible.  

¿A qué se dedicará cuando llegue la hora del retiro?

Primero, pondré un negocio. También quisiera ser una entrenadora formadora de nuevos valores en pesas. Dedicarte toda una vida a este deporte y de un día a otro dejarlo no es fácil. En mi provincia hay muchos talentos y voy a intentar sacar a algunos.

¿El futuro en pesas estará en Neisi Dájomes?

Es muy buena Neisi, ojalá que siga adelante y mejore en beneficio del país. Si sigue así, para los Juegos de Tokio va a llegar muy bien. Esperemos que consiga lo que todos los deportistas deseamos: una medalla olímpica. (I)