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“Yo lucho para que mi hijo no lo haga”
Extrovertido, locuaz y seguro de sí mismo se mostró el luchador Orlando Huacón, quien conversó con El Telégrafo antes de su viaje a Londres, en donde hoy (07:30) comienza su participación en los Juegos Olímpicos, en la categoría 66 kg grecorromano.
Es humilde, pero no esconde el orgullo que sintió al clasificar a los JJ.OO, con apenas 4 años en el deporte. Lo hizo en el Panamericano Preolímpico de Florida, EE.UU., en marzo.
“No soy de las personas que se emocionan fácilmente, aún parece poco creíble, pero espero dar todo de mí sobre el colchón, y si viene la medalla, a buena hora”, indicó.
A pesar del entusiasmo, dio cuenta de un problema: la “preparación, que no estuvo como hubiese deseado”, ya que tuvo que pasar “muchas necesidades” y “sacrificar cosas” por esta disciplina. Es decir, cualquier falencia en la formación atlética la compensa con ímpetu y fe en sí mismo. “Cada buena situación que vivo no me emociona mucho porque he luchado por ellas”.
Continuó narrando que ahora sí se siente respaldado por la Federación Deportiva del Guayas y por el Ministerio del Deporte, puesto que recibe una beca y le sirve para criar a su hijo Isaías, de dos años.
El día de la entrevista, su pequeño estaba en el gimnasio de Fedeguayas, en el que su papá entrenaba junto con los deportistas de la provincia “albiceleste”.
La conversación fue interrumpida por un momento, ya que Orlando le pidió a este medio unos minutos para atender a su hijo y, con biberón en mano, se dirigió al baño del lugar. Regresó inmediatamente y dijo “era falsa alarma”.
“Cosas como estas son las que he sacrificado; momentos con mi hijo. Soy padre soltero. Antes tenía que trabajar como artesano para mantener el hogar”.
Se dedicaba a elaborar pulseras y aretes. “Para recibir golpes ya basta con el papá, mi hijo tiene que escoger una carrera, puede ser dentista. Así como lo ve a él, soy yo, no se ríe, parece que estuviera asustado, pero esto cambiará”.
Sobre sus inicios en este deporte, confesó que hace años no tenía ni idea de que existiera la lucha olímpica, y que un día cualquiera estaba aburrido en su casa de Durán -donde vivía con sus tías-, pasó por el estadio Pablo Sandiford del cantón y se detuvo a observar un entrenamiento. Mientras miraba la práctica, el entrenador de lucha Roberto Sánchez se le acercó y le consultó si quería unirse al grupo, entonces la propuesta le pareció “extraña”.
“El entrenador me dijo que si quería fama y dinero debía incursionar en ese deporte, pero se me hacía raro observar a un chico en malla agarrando a otro hombre por la espalda, eso no se ve a menudo, sin embargo ahora me gusta la cosa”, recordó con una leve sonrisa.
Desde que Huacón empezó a entrenar lucha fue demostrando su talento, ya que en los primeros 8 días de trabajo fue seleccionado de la provincia del Guayas. A los 6 meses se proclamó bicampeón regional. Cuando le tocó participar en el exterior no defraudó y en México quedó campeón Panamericano juvenil.
En los Juegos de la Alba, en Venezuela, obtuvo bronce; y en el Mundial de Turquía no le fue bien, perdió en su primera pelea. “El logro más importante es mi hijo... Aparte de clasificar a los JJ.OO. Deseo dejar en alto el nombre de mi país”.
Sus metas para el futuro son estudiar mecánica automotriz o especializarse en licenciatura deportiva, puesto que su intención es masificar este deporte. “Así como yo, que salí de la nada, que me levanté un día y de casualidad conocí el deporte, tiene que haber muchos chicos que necesitan una oportunidad”. (APS)