Ecuador / Jueves, 23 Octubre 2025

El paro dejó al descubierto las grietas dentro de la CONAIE

El movimiento indígena no pudo paralizar las principales vías de acceso a Quito como en las anteriores ocasiones.
Foto: archivo web
Desde las elecciones generales de 2025, la CONAIE perdió su fuerza e influencia en las comunidades indígenas de varias provincias de Ecuador.

El paro sectorizado de 31 días convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) terminó el 22 de octubre de 2025. ¿Qué lectura dejan las movilizaciones?

El Telégrafo conversó con el experto en Ciencias Políticas y docente de la Universidad de Las Américas (UDLA), Cristhian Carpio, quien profundiza lo evidenciado en las calles: la fragmentación del movimiento indígena.

Para el experto, la fractura de esa organización empieza antes de las últimas elecciones presidenciales y se mostró en las urnas, cuando, Daniel Noboa, logró la mayor votación en las provincias que durante décadas fueron bastiones de la CONAIE

El oficialismo logró algo que ni los gobiernos de Rafael Correa ni Guillermo Lasso pudieron: quebrar la unidad orgánica indígena. 

El mapa que cambió de color

En cada provincia de la Sierra, el oficialismo llegó a las comunidades rurales con trabajo en territorio. Esa red de acercamientos minó el liderazgo nacional de la CONAIE. En las movilizaciones de octubre de 2025, muchas comunidades priorizaron mantener sus acuerdos locales con el Gobierno en lugar de sumarse a los bloqueos de vías, principalmente en Imbabura. El resultado fue un movimiento disperso: mientras unas carreteras se cerraban, en otras se negociaban mesas de producción o créditos agropecuarios.

Comunidades que se desmarcaron

La Federación Shuar de Pastaza (FENASHP) fue la primera en marcar distancia. En un comunicado difundido en redes sociales, rechazó la convocatoria al paro y expresó respaldo al presidente Noboa, señalando que "el diálogo debe prevalecer sobre la confrontación". La siguieron la Nacionalidad Shuar del Ecuador (NASHE) y la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH), que en boletines públicos informaron que no participarían de las movilizaciones.

Cristhian Carpio: “La división nació en las urnas”

Carpio lo resume sin rodeos: "El movimiento indígena ya sufre un desgaste y una fragmentación desde antes del paro. En las elecciones se vio una división entre las bases, especialmente cuando Leonidas Iza decidió apoyar a Luisa González. Varias organizaciones de Chimborazo y otras provincias se inclinaron por Noboa. Ese fue el primer golpe a la unidad". 

El experto explica que la fractura interna se amplió en los comicios de la CONAIE, cuando se modificó el estatuto para permitir que Iza pudiera candidatizarse nuevamente: "Eso profundizó el quiebre. Iza concentró apoyo en la Sierra Centro; Marlon Vargas, en la Amazonía. Dos liderazgos con estilos opuestos. Con el paro se hizo evidente que no existía un solo mando, sino varias voces dispersas".

El analista añade que la estrategia territorial del Gobierno también fue determinante. "Noboa entendió que debía estar en territorio. Su presencia en Cotopaxi, Bolívar, Chimborazo y Cañar consolidó alianzas locales y restó capacidad de movilización a la CONAIE. Durante el paro, esa red operó como un dique que contuvo la protesta".

Iza y Vargas: dos estilos, una crisis

Durante los 31 días de movilizaciones, el dirigente Marlon Vargas intentó sostener la protesta hasta que el 22 de octubre anunció su suspensión “para proteger la vida”. En su mensaje exigió al Gobierno revisar el decreto sobre combustibles. Este fue el principal adalid de las protestas, a pesar que días más tarde se sumaron otros pedidos como bajar el IVA al 12% o la oposición a una posible instalación de una Asamblea Constituyente. 

Por su parte, Leonidas Iza denunció una supuesta “cooptación del movimiento”. Su discurso recobró el tono combativo, pero ya no tuvo el eco nacional de octubre de 2019 y junio de 2022. Para Carpio, el liderazgo de Iza está en desgaste. El experto sostiene que fue impositivo y generó choques con las bases. Además recalca que su cercanía al correísmo terminó de debilitar su figura. 

El brazo político en crisis

La fragmentación no solo afecta a la estructura social. En la Asamblea Nacional, Pachakutik, el brazo político del movimiento, también se quebró. Algunos asambleístas se acercaron al oficialismo, mientras otros mantuvieron la línea de oposición dura o incluso se alinearon con el correísmo.

Esa dispersión, según Carpio, se reflejará en la consulta popular de 16 noviembre de 2025: "El voto indígena será fragmentado. Unas bases votarán con el Gobierno, otras contra la Consulta. Ya no hay un eje de orientación política. El movimiento se volvió una suma de intereses regionales".

Una hegemonía oficialista en territorios que antes lideraba la CONAIE

Las cifras hablan solas. En la segunda vuelta de las Elecciones Generales 2025, Noboa ganó en provincias donde históricamente la CONAIE tuvo influencia decisiva, por ejemplo.

  • Chimborazo: 70,43 %
  • Bolívar: 67,71 %
  • Cañar: 63,58 %
  • Cotopaxi: 62,49 %
  • Azuay: 62,71 %
  • Carchi: 61,34 %

El triunfo electoral del oficialismo y su continuidad territorial explican en gran parte la pérdida de espacio de otras organizaciones. La política de créditos, ferias agrícolas y presencia de ministros en comunidades creó una nueva base de legitimidad que, sin confrontar abiertamente a la CONAIE, la dejó sin monopolio de representación en el sector indígena. 

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