Ecuador / Lunes, 08 Diciembre 2025

Empresarios ven señales positivas en tratado de inversiones con Emiratos Árabes Unidos

Economistas destacan oportunidades para energía, infraestructura y logística.
Foto: Flickr
Analistas coinciden en que el tratado abre una ventana para inversiones estratégicas.

La firma del Tratado Internacional de Promoción y Protección de Inversiones entre Ecuador y Emiratos Árabes Unidos (TBI) abre un nuevo capítulo en la relación económica entre ambos países. El acuerdo, anunciado durante la visita del presidente Daniel Noboa a Abu Dabi, ha generado reacciones en el sector productivo, que lo considera una oportunidad para atraer capital de uno de los fondos soberanos más grandes del mundo.

“Nuestro mensaje al mundo es claro: Ecuador está abierto a la inversión, al crecimiento y a las alianzas internacionales”, señaló el mandatario tras confirmar la noticia en sus redes sociales.

Según el Ministerio de Producción, Comercio Exterior e Inversiones, el tratado podría movilizar entre USD 1.000 y USD 2.000 millones en inversión, incluso en un escenario conservador. Esta inyección de capital, de concretarse, tendría un impacto directo en la generación de empleo: el Gobierno estima estos valores podrían traducirse en entre 8.000 y 20.000 plazas laborales.

El acuerdo también permitirá canalizar recursos de fondos soberanos y empresas de Emiratos Árabes Unidos hacia sectores considerados prioritarios, como infraestructura, energías renovables, agroindustria, logística, economía digital, turismo, minería responsable y proyectos de sostenibilidad.

En entrevista para El Telégrafo, analistas económicos y representantes del sector empresarial, destacan en este acuerdo, nuevas oportunidades para energía, infraestructura y logística y otros aspectos. 

¿Cómo afectará el tratado al Ecuador?

Para el economista Alberto Acosta Burneo, la llegada de inversión emiratí representa “una enorme oportunidad para sectores donde Ecuador tiene necesidades urgentes”. Asegura que Emiratos Árabes es un actor global en estas áreas y que Ecuador debe estar preparado para competir por capital internacional. Sin embargo, advierte que todavía hay desafíos internos: “El tratado ayuda, pero debemos seguir trabajando casa adentro para que las inversiones realmente se concreten”.

La expectativa no solo se centra en la magnitud de los recursos, sino en la capacidad del territorio para absorber proyectos estratégicos. Acosta Burneo considera que el país debe estar preparado para competir por capital internacional. “Hay muchas oportunidades, pero el desafío es crear un entorno de seguridad jurídica. El tratado ayuda, pero debemos seguir trabajando casa adentro para que las inversiones realmente se concreten”, afirmó

Existe una ruta marcada

El economista Walter Spurrier coincide en que el acuerdo abre un horizonte favorable, sobre todo en un contexto de transición energética global. Destaca que Emiratos ya tiene presencia en Ecuador a través de DP World en el puerto de Posorja, lo cual podría ampliarse con zonas francas y nuevos proyectos logísticos. También considera que el TBI podría destrabar inversiones en energía renovable y distribución eléctrica, que requieren garantías claras. “Esto potenciaría el crecimiento de empresas nacionales y la llegada de inversiones internacionales, lo que se traduce en más empleo e ingresos para el país”, explicó.

Las reacciones del sector empresarial

A estas evaluaciones se suma la visión del sector empresarial. Juan Carlos Navarro, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), reconoce que el país arrastra años de inestabilidad jurídica, pero sostiene que precisamente por eso acuerdos como este son fundamentales. “Ayudan a poner reglas claras y dan más seguridad a quienes quieren invertir y generar empleo”, afirmó. No obstante, advierte que el tratado “no hace magia por sí solo”, y que su impacto dependerá de que Ecuador respete contratos, ofrezca estabilidad y mantenga coherencia institucional. “La confianza es algo fundamental y que ganársela a pulso”, afirmó.

Navarro considera que las cifras estimadas por el Gobierno son “ambiciosas, pero alcanzables en el mediano plazo”. Según su análisis, el capital emiratí tenderá a dirigirse hacia sectores donde ya tiene experiencia global: energía y transición energética, infraestructura y logística, agroindustria, puertos y minería responsable. “Como país estamos atravesando una crisis es ahí donde están las oportunidades reales”, señaló.

El presidente del CEE plantea tres condiciones esenciales para que el tratado se convierta en empleo y productividad: seguridad jurídica, simplificación de trámites (permisos más rápidos) y confianza en el talento local. Esto implica estabilidad normativa, permisos más ágiles y vinculación de la inversión extranjera con capacitación, transferencia tecnológica y encadenamientos productivos. “En Ecuador sí tenemos talento, lo que faltan son oportunidades para demostrarlo. Si hacemos estas tres cosas, las inversiones se vuelven realidad; si no, el tratado se queda en el papel”, concluyó.

No es una relación nueva

Esta relación con el país árabe no es nueva. En mayo pasado, Daniel Noboa realizó una primera visita oficial en la que mantuvo reuniones con autoridades emiratíes y equipos técnicos vinculados a comercio, inversiones y temas aduaneros, con miras a un futuro acuerdo de libre comercio. Ese proceso trazó una ruta que ahora se profundiza con la firma del TBI y que podría consolidar a Ecuador como un destino atractivo para inversiones de largo plazo.

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