Así se preparan los cementerios de mascotas en Quito para el Día de los Difuntos
El aire quiteño ya huele a colada morada y guaguas de pan. En las calles, los puestos de flores se multiplican y los cementerios humanos se alistan para la visita masiva del 2 de noviembre. Pero no solo los humanos serán recordados este año, las mascotas, que ya no están en el mundo terrenal, también recibirán visitas.
Cuando los difuntos también maúllan o ladran
En Quito, los cementerios de mascotas también viven sus propios preparativos. Si bien en la capital existen cementerios privados para enterrar a las mascotas, lo más común es la cremación. Esta práctica permite a los dueños llevarse las cenizas, en urnas, de sus amigos de alas o de cuatro patas.
En caso de que los dueños no quieran conservar las cenizas, las empresas que se encargan de la cremación también cuentan con cementerios verticales para depositar las urnas.
A estas opciones se suman los emprendimientos alternativos, como 'Árbol de Vida', que transforma las cenizas en macetas con semillas.
Cómo hacer un altar para tu mascota
Para quienes prefieren mantener el homenaje en casa, los expertos recomiendan crear un altar simbólico que honre la vida del animal. Se puede incluir:
- Una foto o dibujo del compañero fallecido.
- Flores blancas o girasoles
- Velas o luces pequeñas.
- Su juguete favorito o el collar.
- Una guagua de pan con forma de huellita.
- Una taza de colada morada, como ofrenda compartida.
En Quito, algunos altares mezclan elementos andinos y contemporáneos. “Ponemos maíz, agua y una piedra. Así recordamos que la vida vuelve a la tierra”, cuenta María Soledad Paredes, dueña de tres gatos fallecidos.
El negocio del adiós
Según la Asociación de Veterinarios del Ecuador, el 68 % de los hogares urbanos tiene al menos una mascota, y el 70 % de las cremaciones registradas en Quito corresponde a perros. Esa conexión emocional ha impulsado el crecimiento de un sector que combina empatía, conciencia ambiental y ritualidad.
“El duelo animal todavía se mira con tabú, pero quienes lo viven saben que no hay diferencia. Perder a una mascota duele tanto como perder a un ser humano”, afirma Federico Campaña, psicólogo especializado en acompañamiento por pérdida de animales.
Los cementerios y funerarias deben cumplir con permisos ambientales y sanitarios emitidos por el Municipio de Quito, para garantizar que el manejo de restos no afecte al suelo ni al agua.
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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) October 29, 2025
