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Moscú Afianza relación con América Latina

Vladimir Putin quiere extender la influencia del Brics en el mundo

El presidente ruso, Vladímir Putin, realizó una gira por Latinoamérica la semana pasada. Foto: AFP
El presidente ruso, Vladímir Putin, realizó una gira por Latinoamérica la semana pasada. Foto: AFP
20 de julio de 2014 - 00:00 - Agencias internacionales

Brasilia

En el ámbito global cobra cada vez más importancia el bloque de los Brics, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que esta semana se reunió en Brasilia. El fortalecimiento de esta importante asociación está impulsado por los líderes de los países miembros, pero sobre todo por el presidente ruso, Vladimir Vladímirovich Putin, quien aboga porque este grupo, que nació por iniciativa de Moscú, tenga un mayor peso en los temas mundiales.

Durante la VI Cumbre de los Brics, Putin se mostró complacido con la creación de un banco de desarrollo. Esta nueva entidad financiera “será un medio muy poderoso para prevenir nuevas dificultades económicas y sentar las bases para grandes cambios económicos”.

El nuevo banco, que en un principio recibirá una aportación de $ 10.000 millones por cada país, aspira a ser un símbolo de la creciente influencia de las economías emergentes en la arquitectura financiera mundial, dominada hasta ahora por Estados Unidos y Europa.

De esta forma el grupo de los Brics, que nació en 2001 como un mecanismo de consultas permanentes entre Rusia, China y la India, al que después se unieron Brasil y Sudáfrica, sigue fortaleciéndose en un conglomerado geopolítico que empieza a delinear un mundo multipolar y pone límites al expansionismo estadounidense.

Alexander Grishánov, analista financiero de Lionstone Investment Services, destaca que en enero de 2015 comienza la presidencia rusa de los Brics. Por ello considera normal el deseo de Rusia de promover sus intereses, teniendo en cuenta que estos no se oponen a los del resto de países miembros del bloque.

Pero la visita de Putin a Brasil no solo correspondió a su participación en la cumbre de los Brics. La gira latinoamericana del presidente ruso inició el 11 de julio y concluyó el miércoles pasado. En 6 días recorrió Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil. Y se reunió con los líderes de los 4 países, con quienes estrechó lazos comerciales y de cooperación.

Una de las señales más representativas de su visita se registró en Cuba, país al que condonó el 90% de la deuda que tenía con la antigua Unión Soviética. El total asciende a $ 35.000 millones. Ahora La Habana solo deberá cancelar $ 3.500 millones.

Varios analistas apuntaron a que en este viaje a la región Putin buscaba una mayor influencia y presencia en países vecinos a Estados Unidos, en momentos en que está bajo presión de Occidente para contener a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania. Algo que el líder ruso de cierta forma no negó. “Por supuesto que debemos recuperar nuestra presencia en esta región sumamente interesante y con un gran futuro”, recalcó el mandatario durante su visita a la capital brasileña.

Según Putin, Latinoamérica y Rusia son “socios naturales”, por lo que la cooperación entre ambas es una de sus prioridades. “La cooperación con los países de América Latina es uno de los vectores clave y muy prometedores en la política exterior de Rusia. Nos une la adhesión a los principios del multilateralismo en asuntos globales, el respeto al derecho internacional, la necesidad de potenciar el protagonismo de la ONU y el deseo de garantizar un desarrollo sostenible. Todo ello nos convierte en socios naturales en materia internacional y permite fomentar la cooperación en los más diversos ámbitos”, dijo Putin en una entrevista a la agencia Prensa Latina.

Rusia privilegia la interacción con los diversos formatos de integración latinoamericana en el plano bilateral y desde la futura Unión Económica Euroasiática, con agrupaciones regionales como el Mercado Común del Sur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), añadió Putin.

Fuentes del Kremlin, como el asesor de Política Exterior, Yuri Ushakov, también destacaron la estrategia de Moscú de afianzar alianzas políticas, comerciales y económicas, en la visión de un mundo policéntrico, con  América Latina. Moscú ve a la región como un centro de peso en el concierto mundial y del modelo económico sostenible.

Dmitri Abzalov, vicepresidente del Centro de comunicaciones estratégicas ruso, señaló que la visita de Putin a la región fue una muestra del interés del Kremlin en balancear las relaciones de Rusia con el resto del mundo. Sus prioridades son China y Asia-Pacífico.

Abzalov define a Latinoamérica como una región con perspectivas ascendentes, sustentada en dinámicos ritmos de crecimiento económico, y a la vez, como un serio actor en política exterior.

El subdirector científico del Instituto de América Latina, Nikolai Kalashnikov, por su parte, hizo mención especial al carácter amistoso y duradero de las relaciones de Rusia y Cuba, a pesar del declive de los vínculos en la década de 1990 y el desplome del comercio bilateral.

De cualquier manera, las relaciones de Rusia con Latinoamérica en general son definidas por Putin como una de las líneas de prioridad en la política exterior, en la concepción estratégica, aprobada por él en febrero de 2013.

Pero el análisis del papel del gobernante ruso en el plano político internacional es muy extenso. Es considerado un nostálgico del nacionalismo ruso que ha conseguido resucitar entre los suyos el viejo sueño de una Rusia fuerte. Sus opositores en Europa lo tachan de “zarista” e imperialista. Se lo considera un hombre frío, calculador y pragmático, tras su paso por la agencia de inteligencia rusa KGB. Sus decisiones, en los últimos años, han desafiado políticas estadounidenses en Irán, Siria y más recientemente en Ucrania.

Putin asumió su tercera presidencia a principios de mayo pasado, después de ejercer el Poder Ejecutivo durante 8 años, entre 2000 y 2008. Entre este último año y marzo de 2012 fue primer ministro ruso.

Su intervención de última hora evitó que Estados Unidos y sus aliados atacaran ese país bajo la excusa de que Damasco había utilizado armas químicas. En su memoria está lo que consideró una traición cuando la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) bombardeó Libia en 2011 y acabó con el asesinato de Muammar Kadafi.

Además, Putin se ha mostrado como un defensor de los derechos humanos tras conceder asilo al extécnico estadounidense Edward Snowden, quien es perseguido por la justicia de su país por revelar los programas de espionaje de Estados Unidos a líderes y gobiernos del mundo.

Pero al mismo tiempo se lo ha acusado de reprimir a la oposición interna y de perseguir a los homosexuales. De hecho en las últimas elecciones, algunos observadores acusaron a Putin de haber cometido fraude, pero este siempre lo negó y atribuyó las protestas a Estados Unidos.  

Otro sonado caso, a nivel doméstico, fue el de las cantantes activistas Pussy Riots, apresadas al ser culpables de ofensa por tocar música protesta frente a una catedral ortodoxa. 

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