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Uribe y Chávez reabren su disputa vía Twitter

Uribe y Chávez reabren su disputa vía Twitter
16 de agosto de 2012 - 00:00

Bogotá.-

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el ex mandatario colombiano, Álvaro Uribe, abrieron ayer un nuevo capítulo de sus enfrentamientos originados por declaraciones de Uribe sobre una posible intervención militar en el territorio venezolano para combatir a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando gobernaba el país.

En una serie de cinco mensajes en su cuenta de la red Twitter, Uribe (2002-2010) le dijo a Chávez que es un “cobarde” y le replicó  por su afirmación de que a él no le había faltado tiempo sino “cojones” para lanzar un ataque contra las FARC en suelo venezolano. “Hoy como antes insulta a distancia, de frente se desmayaba, le temblaban las piernas y perdía el color”, escribió de Chávez el ex gobernante colombiano.

Uribe agregó que en Cancún (México), adonde viajó en febrero de 2010 para una cumbre presidencial latinoamericana y caribeña, Chávez “se corrió del examen de problemas”. Los gobiernos de Colombia y Venezuela pasaban entonces por uno de sus momentos diplomáticos más difíciles por las denuncias del primero de que había campamentos de las FARC en territorio venezolano y convivencia del Ejecutivo de Chávez con los guerrilleros, algo que llevó después a la ruptura de relaciones.

En Cancún “tuve que decirle Sea Varón No Vaya”, continuó el ex presidente colombiano. Según Uribe, el presidente venezolano “insultaba a 3.000 kilómetros de distancia y de frente no encaraba los problemas, se corría”.

En otro de sus escritos por la misma red, Uribe sostuvo: “por miedo a las FARC no los capturaba y a nosotros nos decía que los sacáramos de Venezuela como hicimos con Granda”.

Rodrigo Granda, conocido como “el canciller” de las FARC, fue detenido el 13 de diciembre de 2004 en una operación colombiana en Caracas, lo que desató la primera crisis diplomática de importancia entre los dos países.

El jefe rebelde, quien se declaró posteriormente “secuestrado” por autoridades colombianas, fue trasladado de inmediato a su país, pero en junio de 2007 recibió la libertad por orden de Uribe.

El entonces presidente colombiano lo puso en libertad por solicitud del ex gobernante francés, Nicolas Sarkozy, para que ayudara a la liberación de rehenes de las FARC, entre ellos la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, franco-colombiana, que fue rescatada en 2008, junto con  tres estadounidenses y once policías y militares.

“Cuando capturábamos a un terrorista en Venezuela de manera cobarde nos decía que él nos lo había entregado”, insistió Uribe, quien abrió un nuevo capítulo en su enfrentamiento personal con Chávez el pasado lunes durante un acto público en una universidad de Medellín (noroeste).

Uribe expuso entonces que al final de su segundo mandato obtuvo “nuevas pruebas de campamentos guerrilleros en Venezuela” y se lo dijo al presidente electo, Juan Manuel Santos, que lo acompañó como ministro de Defensa y quien, inmediatamente, al asumir el poder se comprometió a restablecer  las relaciones con Chávez. “Tenía tres opciones: hacer las denuncias, quedarme callado, y la otra opción era un operativo militar en Venezuela. Me faltó tiempo”, afirmó Uribe.

El presidente venezolano le contestó ayer que “no es que le faltó tiempo (...) le faltaron cojones al caballero”.
Para Chávez, detrás de Uribe estuvo “la mano de la extrema derecha imperial tratando de generar una guerra, pero no se atrevió, bastante tiempo tuvo”, agregó el gobernante.

El mandatario venezolano recordó que después de que el Ejército colombiano bombardeara en marzo de 2008 un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano donde murió el portavoz internacional  de las FARC, “Raúl Reyes”, ordenó movilizar tropas a la frontera con ese país porque  conocían de planes para “agredir a Venezuela y buscar una provocación y buscar una escalada”.

Venezuela y Colombia rompieron relaciones en julio de 2010, poco antes de que Uribe abandonara la presidencia, porque acusó a Chávez de permitir en su país la presencia de guerrilleros colombianos.

Los lazos fueron recompuestos con la llegada al gobierno de Juan Manuel Santos con quien Chávez mantiene relaciones cordiales, producto de una estrategia más pragmática pese a las diferencias.

Chávez estimó que las declaraciones de Uribe, a quien tildó de “manipulador” y “mentiroso compulsivo”, buscan “descarrilar” los vínculos entre Caracas y Bogotá. “Ni lo ha logrado, ni lo va a lograr”, aseveró.

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