El presidente de Brasil, Michel Temer, negó haber cometido delito alguno y calificó como una “ficción” la denuncia presentada por la Fiscalía ante el Tribunal Supremo Federal en la que es acusado de corrupción pasiva.   

“No permitiré que me acusen de crímenes que jamás cometí”, proclamó Temer en una declaración pública en el Palacio de Planalto, rodeado por asesores y diputados.

El fiscal general, Rodrigo Janot, acusó el lunes a Temer de cometer el delito de corrupción pasiva, un proceso que podría costarle el cargo.

“Fui denunciado por corrupción masiva, sin haber recibido nunca ningún valor, sin ver dinero alguno, ni participar en actos para cometer delitos. ¿Dónde están las pruebas?”, preguntó.

Temer es el primer jefe de Estado de Brasil en ejercicio denunciado por un delito cometido durante su gestión. Fue denunciado en virtud de una grabación secreta de una conversación sobre sobornos que hizo el empresario Joesley Batista, del frigorífico JBS, un corruptor confeso y libre por colaborar con la justicia.

Janot denunció a Temer por ser partícipe de la entrega de $ 150.000 de sobornos que fueron pagados por el grupo JBS a Rodrigo Rocha Loures, exasesor presidencial, colaborador del círculo del gobernante.

El primer análisis de la denuncia lo hará el juez Edson Fachin, instructor del caso en la Corte. Si la considera procedente será enviada a la Cámara de Diputados, donde la analizarán primero en la Comisión de Constitución y Justicia y luego en el pleno del órgano legislativo.

En caso de que los diputados avalen la denuncia con la mayoría de dos tercios del pleno, Temer será suspendido de sus funciones por un plazo de 180 días y su vacante sería cubierta en forma interina por el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia.

Si fuera finalmente condenado, en un plazo de 30 días Maia deberá convocar a las dos cámaras legislativas para elegir en forma indirecta a quien completará el período presidencial, que en este caso concluirá el 1 de enero de 2019.

Sin embargo, todo esto quedaría en nada si los diputados rechazan la denuncia, pues eso obligaría al Supremo a archivar el caso y el presidente continuaría en el poder.
El actual mandato presidencial lo inició el 1 de enero de 2015 Dilma Rousseff, quien fue destituida por irregularidades fiscales en agosto de 2016 y sustituida por Temer, quien entonces ocupaba el cargo de vicepresidente.

En caso de que Temer renuncie por la presión social y política, el país quedará a cargo de Maia, quien deberá convocar a elecciones indirectas vía el Congreso para elegir un nuevo gobernante. La otra salida que busca la oposición es hacer una enmienda constitucional para anticipar elecciones generales.

“Temer podría pedir la anticipación de las elecciones y poder escoger un nuevo presidente de la República, un nuevo Congreso Nacional, para que Brasil pueda reconquistar la paz, la democracia y la credibilidad de la que tanto necesita”, señaló el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien buscará la reelección.

La oposición brasileña critica al presidente, Michel Temer, y exige su renuncia inmediata.

“Por primera vez Brasil tiene un presidente próximo a volverse reo por corrupción. Es algo extremamente grave. El próximo paso ahora es conseguir una comisión parlamentaria con un parecer favorable a la aceptación de la denuncia”, expresó el diputado federal Alessandro Molon, del partido Rede.

El líder de la oposición en el Senado, Humberto Costa, del Partido de los Trabajadores (PT), por su parte, declaró: “Esto agrava la situación de aislamiento de Temer. El fiscal presentará otras dos denuncias y habrá tres votaciones”.

Temer fue grabado clandestinamente en el Palacio del Jaburú, su residencia oficial, el 7 de marzo pasado por Joesley Batista, quien en un momento le cuenta que le paga al exdiputado Eduardo Cunha -ahora preso- un soborno mensual para comprarle el silencio.

La denuncia puede llegar a reconfigurar el escenario político entre los aliados: incluso llega luego de que el principal socio del gobierno, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), está dividido respecto a Temer.

Poco antes de la denuncia formal del fiscal Janot contra Temer, la Policía Federal denunció que el gobernante intentó “obstaculizar investigaciones” y “dejó de comunicar a las autoridades” maniobras corruptas de las que tuvo conocimiento.

Los directivos de la empresa cárnica JBS, el mayor frigorífico del mundo, confesaron que sobornan a Temer y a su partido desde 2010.

Para este viernes convocaron a una huelga los sindicatos que se oponen a los dos proyectos de reformas de ajuste económico, como la flexibilización laboral y el cambio del régimen jubilatorio. (I)