Los simpatizantes de “Pussy Riot” se desnudaron ayer y se pusieron pasamontañas durante las protestas en Nueva York, Copenhague y otras ciudades contra la sentencia de dos años de prisión impuesta a tres de las integrantes de la banda punk rusa, que fueron declaradas culpables de “vandalismo” e “incitación al odio religioso”.

La jueza del caso, Marina Syrova, dijo que las acusadas cometieron “acciones provocadoras y humillantes en un templo religioso, que afectaron a un amplio círculo de creyentes”.

En febrero, el grupo irrumpió en la catedral ortodoxa de Moscú para escenificar una protesta musical contra el presidente Vladimir Putin. En marzo pasado arrestaron a tres de las integrantes que fueron identificadas.

Su juicio ha sido visto como un símbolo de la propia intolerancia rusa al disentimiento, especialmente bajo el régimen de Putin, que ha emprendido fuertes medidas contra la oposición en los últimos meses.

Las protestas en apoyo a las punk feministas han atraído también a las celebridades Paul McCartney, Madonna y Bjork, quienes pidieron que fueran liberadas.

Tras el veredicto, el presidente Barack Obama de EE.UU., donde hay pena de muerte, lamentó la sentencia contra las músicas y la calificó de “desproporcionada”, informó un vocero de la Casa Blanca.