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Piñera quiere vender La Nación antes de irse

Piñera quiere vender La Nación antes de irse
18 de enero de 2014 - 00:00

Esta semana, La Nación, el diario estatal chileno, cumplió nada menos que 97 años. Pero este hito ocurre en el peor momento para este periódico fundado en 1917 por Eliodoro Yañez. En 2010 su edición impresa dejó de circular, en 2012 se disolvió la empresa (69% propiedad del Estado) y el año pasado se vendió la imprenta y su histórico edificio ubicado frente a La Moneda –en el corazón cívico de Santiago- y además se privatizó su rico archivo periodístico. Finalmente, el jueves, se puso a la venta.

“El Estado de Chile no tiene por qué tener un medio que no respeta el pluralismo, la equidad”. Sebastián Piñera, Presidente de Chile

La Nación era uno de los diarios más antiguos de Chile, junto con El Mercurio (1900), Las Últimas Noticias (1902), La Segunda (1931) y La Tercera (1950). En su momento, La Nación fue cuna de periodistas conocidos por su pluma u olfato periodístico, y siguió circulando tras el golpe del 11 de septiembre de 1973. Así, se transformó en el medio oficial de Augusto Pinochet.

Las cosas comenzaron a cambiar después del regreso a la democracia en 1990, cuando el periódico giró hacia la centro-izquierda, con el primer gobierno de la Concertación del presidente Patricio Aylwin. Entonces, por sus páginas se publicaron los más emblemáticos casos de derechos humanos. En esa misma época, el diario gozó de un auge gracias a su cobertura de deporte y su suplemento Triunfo. Incluso, más tarde, el periódico tuvo su propio semanario: La Nación Domingo, con un perfil diferente al de la edición de la semana.

Sin embargo, todo cambió en la campaña presidencial de 2009, cuando se enfrentaron por la Presidencia Sebastián Piñera (candidato opositor) y Eduardo Frei (abanderado oficialista). En plena contienda, Piñera denunció que La Nación se había convertido en una suerte de panfleto de la campaña de la Concertación. “Tengo la firme convicción de que lo mejor para Chile es cerrar el diario La Nación”, afirmó. Ante el huracán que generaron estas declaraciones en el mundo periodístico chileno, poco después Piñera cambió el tono: “La Nación va a ser un diario pluralista, respetuoso, y va a tener un estatuto parecido y semejante al de TVN (la televisión pública)”.

Jorge Maltrain, experiodista y exdirigente sindical de La Nación, recuerda ese momento: “La debacle final llegaría con el período de Michelle Bachelet. Si bien los gobiernos de la Concertación siempre tuvieron un control editorial fuerte sobre el diario, nunca fue tan chabacano como en 2009, cuando el presidente del directorio nombrado por ella, Manuel Valenzuela, me dijo en mi cara, siendo dirigente sindical, que el único objetivo del diario sería ‘darle con todo a Piñera’ hasta la elección”. Maltraín defiende a su gremio al sostener que la mayoría de los periodistas del diario cumplía su labor profesional y no política.

El final
Tras asumir en La Moneda, Piñera nombró un directorio, se estrenó un nuevo diseño y se apostó por una plataforma web (La Nación.cl), que fusionó secciones. Hasta que el 12 de diciembre de 2010, la edición impresa dejó de circular, dejando su difusión solo a través de Internet. En ese momento, el sindicato tenía alrededor de 90 afiliados. “Piñera había prometido cerrar el diario, pese a que la Empresa Periodística La Nación, la Imprenta Puerto Madero, el Diario Oficial y el diario La Nación no tenían deudas”, señala una periodista de este medio.

Dos años más tarde se concretó el segundo proceso. En septiembre de 2012, la junta de accionistas aprobó la disolución de la empresa, lo que generó que el Diario Oficial pasara a manos del Ministerio del Interior en agosto de 2013. Después de una segunda licitación, la imprenta fue vendida en febrero del año pasado. Y en octubre, el Ministerio de Bienes Nacionales se adjudicó su edificio y luego su archivo fue vendido a la Universidad Diego Portales.
El cierre de La Nación es comentario obligado en los círculos periodísticos en Chile. Además, desde 2010, Rodrigo Quiroz, exeditor de la sección de Cultura del diario, se encuentra preparando un documental sobre el desmantelamiento de la empresa que lleva por título “El Final de una Nación”. “En 2010 terminaron con La Nación en papel. En 2013 vendieron su edificio y hace unos días privatizaron su archivo. ¿Cuánto vale la memoria?”, plantea la obra audiovisual. El jueves, en el frontis de las antiguas oficinas de La Nación, su sindicato se manifestó contra su venta, que ocurre solo a dos meses de que asuma Bachelet.

Nancy Arancibia, presidenta del Sindicato Número 3 del Área Periodística, informó que le enviaron una carta al presidente Piñera para frenar la venta del diario.

Además, señaló que el próximo 22 de enero se llevará a cabo una sesión especial de la Cámara de Diputados “para tratar la venta de La Nación”. Arancibia insiste en que la idea era transformar a La Nación en un diario público y pluralista, y que la decisión final sobre su destino la deberá tomar el propio Piñera el próximo 27 de enero. “Situaciones como el cierre de La Nación no pueden pasar desapercibidas”, señaló Carolina Tohá, la alcaldesa de Santiago, muy cercana a Bachelet.

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