El papa Francisco denunció ayer la violencia perpetrada “en nombre de Dios” y el populismo que amenaza la paz, en su primera visita a Egipto.

La visita, rodeada de altas medidas de seguridad, la primera al más poblado de los países árabes, se produce tres semanas después de dos ataques contra iglesias coptas ortodoxas que causaron la muerte de 45 personas. Los ataques fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).  

“Ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanaría su nombre”, declaró en un discurso pronunciado en una conferencia organizada por la institución sunita Al Azhar.

El Pontífice criticó los “populismos demagógicos” que no ayudan “a consolidar la paz y la estabilidad”, recalcó, sin citar ningún ejemplo de gobierno populista. (I)